Talaré vuestra tierra y quedarán atónitos, viéndola vuestros enemigos, cuando entren a morar en ella.
1 Samuel 31:7 - Biblia Torres Amat 1825 Y viendo los israelitas que vivían en la otra parte del valle y pasado el Jordán, que habían huido los soldados de Israel, y muerto Saúl y sus hijos, abandonaron sus ciudades y escaparon; y vinieron los filisteos y se alojaron en ellas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los israelitas que se encontraban al otro lado del valle de Jezreel y más allá del Jordán vieron que el ejército israelita había huido y que Saúl y sus hijos estaban muertos, abandonaron sus ciudades y huyeron. Entonces los filisteos entraron y ocuparon sus ciudades. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando se supo que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, los israelitas que estaban al otro lado de la llanura y los que estaban a este lado del Jordán abandonaron sus ciudades y huyeron. Llegaron allí los filisteos y se instalaron en su lugar. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando los hombres de Israel que estaban a lo largo del valle, al otro lado del Jordán, vieron que los de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces fueron los filisteos y habitaron en ellas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y más allá del Jordán se dieron cuenta de que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Llegaron luego los filisteos y se instalaron en ellas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los de Israel que estaban al otro lado del valle, y al otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas. |
Talaré vuestra tierra y quedarán atónitos, viéndola vuestros enemigos, cuando entren a morar en ella.
Y a los que de vosotros quedaren, infundiré espanto en sus corazones en medio de los países enemigos; se estremecerán al ruido de una hoja volante, huyendo de ella como de una espada; caerán sin que nadie los persiga;
Los frutos de tu tierra y de todas tus fatigas se los comerá un pueblo desconocido para ti; y estarás sufriendo continuamente calumnias y abrumado todos los días
quienes los oprimieron en tanto grado, que se vieron obligados a abrir grutas y cuevas en los montes para guarecerse, y a fabricar lugares muy fuertes para defenderse.
Viéndose los israelitas estrechados o en apuro (estando ya desalentado todo el pueblo), se ocultaron en cuevas y subterráneos, y entre peñascos, y en las grutas y cisternas.
Parte de los hebreos pasaron el Jordán, retirándose a la tierra de Gad y de Galaad. En suma, estando todavía Saúl en Gálgala, cayó todo el pueblo que le seguía en un terror grande.
Así murió Saúl aquel día y con él tres de sus hijos, su escudero, y cuantos se hallaban cerca de él.
Amanecido el día siguiente fueron los filisteos a despojar los muertos, entre los cuales hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos sobre el monte Gelboé.