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1 Samuel 30:7 - Biblia Torres Amat 1825

Y dijo a Abiatar sumo sacerdote, hijo de Abimelec: Tráeme el efod. Y Abiatar trajo a David el efod.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces le dijo a Abiatar, el sacerdote: —¡Tráeme el efod! Así que Abiatar lo trajo

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Dijo al sacerdote Ebiatar, hijo de Ajimelec: 'Tráeme el efod'. Ebiatar trajo el efod a David.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y dijo David al sacerdote Abiatar ben Ahimelec: Te ruego que me acerques el éfod. Y Abiatar acercó el éfod a David.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo, pues, David al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélec: 'Tráeme el efod '. Y Abiatar trajo el efod a David.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David.

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Lòt tradiksyon



1 Samuel 30:7
8 Referans Kwoze  

Dijo asimismo el rey a Abiatar, sumo sacerdote: Retírate a la posesión que tienes en Anatot. Tú, a la verdad, mereces la muerte, pero yo no te quito hoy la vida, por cuanto llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y acompañaste a mi padre en todos los trabajos que padeció.


El efod le harán de oro, y de jacinto, y de púrpura, y de grana dos veces teñida, y de lino fino retorcido, obra tejida de varios colores.


¿Cómo entró en la casa de Dios en tiempo de Abiatar, príncipe de los sacerdotes, y comió los panes de la proposición, de que no era lícito comer sino a los sacerdotes, y dio de ellos a los que le acompañaban?


Con esto consultaron al Señor para saber si comparecería allí Saúl. A lo que respondió el Señor: A estas horas está escondido en su casa.


Dijo Saúl a Aquías: Acércate al arca de Dios. (Porque aquel día el arca de Dios se hallaba allí con los hijos de Israel).


Mientras Saúl estaba hablando con el sacerdote, se oyó un ruido confuso como de un gran alboroto, que viniendo de los campamentos de los filisteos, iba creciendo poco a poco y se percibía cada vez más. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Baja tus manos, deja de consultar.