Banaías, hijo de Joíada, era capitán de los cereteos y feleteos. Pero los hijos de David eran los primeros después del rey.
1 Samuel 30:14 - Biblia Torres Amat 1825 Pues nosotros hicimos una incursión hacia la parte meridional de Cereti y hacia Judá, y al mediodía de Caleb, y hemos quemado Siceleg. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 pues hicimos una incursión a la parte del Neguev que es de los cereteos, y de Judá, y al Neguev de Caleb; y pusimos fuego a Siclag. Biblia Nueva Traducción Viviente Regresábamos de asaltar a los cereteos en el Neguev, el territorio de Judá y la tierra de Caleb, y acabábamos de incendiar Siclag. Biblia Católica (Latinoamericana) Nosotros habíamos hecho una incursión por el Negueb de los quereteos, por el Negueb de Judá y por el Negueb de Caleb; además incendiamos Siclag. La Biblia Textual 3a Edicion Nosotros hicimos una incursión al sur de los cereteos, y sobre lo que pertenece a Judá, y por el sur de Caleb, y prendimos fuego a Siclag. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Habíamos hecho una incursión por el Negueb de los quereteos, por el de Judá y por el de Caleb, y prendimos fuego a Sicelag'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hicimos una incursión en la parte del sur de los cereteos, y en Judá, y en el sur de Caleb; y pusimos fuego a Siclag. |
Banaías, hijo de Joíada, era capitán de los cereteos y feleteos. Pero los hijos de David eran los primeros después del rey.
Con esto salieron el sumo sacerdote Sadoc, y el profeta Natán, y Banaías, hijo de Joíada, con las guardias de cereteos y feleteos, y haciendo montar a Salomón en la mula del rey David, lo condujeron a Gihón.
Y ha enviado con él al sumo sacerdote Sadoc, y al profeta Natán y a Banaías, hijo de Joíada, con los cereteos y feleteos; y lo han hecho montar en la mula del rey;
Banaías, hijo de Joíada, era comandante de las legiones de los cereteos y feleteos. Pero los hijos de David eran los principales en el servicio del rey.
por tanto, esto dice el Señor Dios: He aquí que yo descargaré mi mano sobre los filisteos, y mataré a los matadores, y exterminaré lo que queda en la costa del mar,
¡Ay de vosotros que habitáis la cuerda, o costa, del mar, pueblo de perdición!, contra ti se dirige lo que dice el Señor, ¡oh Canaán, tierra de filisteos!; yo te asolaré de tal modo que no quede morador alguno.
Mas a Caleb, hijo de Jefone, dio Josué en posesión particular en medio de los hijos de Judá, como le había mandado el Señor, la ciudad de Cariat-Arbe, padre de Enac, la misma que Hebrón.
Sus heredades y aldeas las tenía dadas en posesión a Caleb, hijo de Jefone.
Se llamaba este hombre Nabal, y su esposa Abigaíl, mujer de gran prudencia y hermosura; al contrario su marido era duro, y muy perverso y malicioso, el cual descendía del linaje de Caleb.
David y los suyos llegaron a los tres días a Siceleg, cuando ya los amalecitas habían hecho una incursión por la parte del mediodía hasta Siceleg, tomando esta ciudad, y le habían prendido fuego,
Le dijo entonces David: ¿De quién eres tú?, ¿de dónde vienes, y a dónde vas? El cual respondió: Yo soy un esclavo egipcio, que sirvo a un amalecita. Mi amo me ha dejado abandonado, porque caí enfermo antes de ayer.
Le dijo David: ¿Y podrás tú guiarme a donde está esa gente? Respondió el egipcio: Júrame por el nombre de Dios que no me matarás, ni me entregarás en manos de mi amo, y yo te llevaré a donde está aquella tropa. Se lo juró David.
Guiado, pues, por el egipcio, he aquí que hallan a los amalecitas tendidos en tierra por todo el campo, comiendo y bebiendo, y como celebrando un día de fiesta por todo el botín y despojos que habían tomado en el país de los filisteos y en el de Judá.