1 Samuel 2:9 - Biblia Torres Amat 1825 El dirigirá todos los pasos de sus santos; mas los impíos serán por él reducidos a silencio en medio de tinieblas; porque no estará firme el hombre por su propia fuerza. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Él guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. Biblia Nueva Traducción Viviente »Él protegerá a sus fieles, pero los perversos desaparecerán en la oscuridad. Nadie tendrá éxito solamente por la fuerza. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuida los pasos de sus fieles,
pero los malos perecen en las tinieblas:
la fuerza del hombre no da la victoria. La Biblia Textual 3a Edicion Él guarda los pies de sus fieles, Pero los malos enmudecerán en las tinieblas, Porque por fuerza propia no prevalecerá ninguno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los impíos perecen en tinieblas, porque no por su fuerza triunfa el hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie prevalecerá por su propia fuerza. |
Sepúltalos a todos juntos debajo del polvo, y abisma sus cabezas en la fosa.
No, no quedará frustrada la esperanza del mendigo, y los inicuos no osarán despegar sus labios.
y verás reinar la paz y abundancia en tu morada; y no cometerás falta en el gobierno de tu dichosa casa.
Porque conoce el Señor y premia el proceder de los justos; mas la senda de los impíos terminará en la perdición.
Y sacó a Israel cargado de oro y plata, sin que hubiese un enfermo en todas sus tribus.
No permitirá que resbalen tus pies, oh alma mía, ni se adormecerá aquel que te está guardando.
El Señor te guardará en todos los pasos de tu vida, desde ahora y para siempre.
El Señor defiende a todos los que lo aman y exterminará a todos los pecadores.
¡Oh Señor!, no quede yo confundido ya que te he invocado. Queden, sí, avergonzados los impíos, y sean derribados al profundo.
Porque el Señor ama lo justo, y no desampara a sus santos; eternamente serán protegidos. Los injustos serán castigados; y perecerá la raza de los impíos.
Si yo, ¡oh Señor!, te decía: Mi pie va a resbalar, acudía a sostenerme tu misericordia.
¡Oh vosotros, los que amáis al Señor!, aborreced el mal. El Señor guarda las almas de sus santos; las librará de las manos del pecador.
El corazón del hombre forma sus designios; mas del Señor es el dirigir sus pasos.
como que es el que defiende las sendas de los justos, y dirige los pasos de los santos.
pues el Señor estará a tu lado y guiará tus pasos, a fin de que no seas presa de ellos.
Todos los días de su vida ha comido a oscuras, y en medio de muchos cuidados con mezquindad y melancolía.
Volví mi consideración a otro asunto, y observé que debajo del sol ni la ventaja en la carrera es de los ligeros, ni de los valientes la victoria en la guerra; ni el pan para los sabios; ni para los doctos las riquezas; ni de los peritos en las artes es el crédito; sino que todo se hace como por azar y a la ventura.
No hay en mí enojo contra ella; ¿quién podrá hacer que sea yo como una espina o zarza que la punce? ¿Saldré yo quizá a pelear contra ella; la entregaré también a las llamas?
Tú, ¡oh hija de los caldeos!, infeliz Babilonia, guarda un mudo silencio, y escóndete en las tinieblas; porque ya no te llamarán más la señora de los reinos.
¿Por qué nos estamos aquí quietos?, dirán ellos, juntémonos y entremos en la ciudad fuerte, y estémonos allí callando; puesto que el Señor Dios nuestro nos ha condenado al silencio, y nos ha dado a beber agua de hiel por haber pecado contra el Señor.
Esto dice el Señor: No se gloríe el sabio en su saber; ni se gloríe el valeroso en su valentía, ni el rico se gloríe en sus riquezas;
El destruirá como con una inundación impetuosa la corte o capital de aquella nación; y las tinieblas de la calamidad perseguirán a los enemigos del Señor.
Día de ira aquel, día de tribulación y de congoja, día de calamidad y de miseria, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublados y de tempestades,
Entonces me respondió él, y me dijo: Esta es la palabra que el señor dice a Zorobabel: No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos.
mientras que los hijos del reino serán echados fuera, a las tinieblas; allí será el llanto, y el crujir de dientes.
Pero sabemos que cuantas cosas dice la ley, todas las dirige a los que profesan la ley a fin de que toda boca enmudezca, y todo el mundo, así judíos como gentiles, se reconozca reo delante de Dios;
El Señor amó a los pueblos: bajo su mano protectora están todos los santos, y aquellos que se sientan a sus pies, recibirán sus instrucciones y doctrinas.
Esto es lo que debe transportaros de gozo, si bien ahora por poco tiempo conviene que seáis afligidos con varias tentaciones,
porque profiriendo discursos pomposos llenos de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales de lujuria a los que poco antes habían huido de la compañía de los que profesan el error,
También profetizó de éstos Enoc, que es el séptimo a contar desde Adán, diciendo: Mirad que viene el Señor con millares de sus santos,
Porque se han entrometido con disimulo ciertos hombres impíos (de quienes estaba ya muy de antemano predicho que vendrían a caer en este juicio o condenación), los cuales cambian la gracia de nuestro Dios en una desenfrenada licencia, y reniegan, o renuncian, a Jesucristo, nuestro único soberano y Señor.
Ahora pues, mi señor, vive Dios, y vive tu alma, que el Señor es quien te ha estorbado, haciéndome salir a mí, el derramar sangre, y te ha detenido la mano. Que sean desde luego tan débiles como Nabal tus enemigos, y cuantos maquinan contra mi señor.