Al punto se levantó, y entró en un aposento, y el otro derramó el óleo sobre su cabeza, diciendo: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te he ungido rey del pueblo mío de Israel.
1 Samuel 2:7 - Biblia Torres Amat 1825 El Señor el que empobrece y enriquece; el que abate y ensalza. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor hace a algunos pobres y a otros ricos; a unos derriba y a otros levanta. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé empobrece y enriquece,
El humilla, pero luego levanta. La Biblia Textual 3a Edicion YHVH hace empobrecer y hace enriquecer, Él abate y Él exalta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh empobrece y enriquece, abate y ensalza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jehová empobrece, y Él enriquece: Abate, y enaltece. |
Al punto se levantó, y entró en un aposento, y el otro derramó el óleo sobre su cabeza, diciendo: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te he ungido rey del pueblo mío de Israel.
Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
Como quiera, Ezequías fue muy rico y esclarecido, y juntó grandes tesoros de plata y oro, y piedras preciosas, y aromas, y todo género de armas y de alhajas de gran valor.
y edificó para sí ciudades o poblaciones; porque tenía innumerables rebaños de ovejas y ganados mayores; por haberle dado el Señor bienes inmensos.
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a ella. El Señor me lo dio todo; el Señor me lo ha quitado; se ha hecho lo que es de su agrado; bendito sea el nombre del Señor.
Clava tus ojos en todos los soberbios u orgullosos, y confúndelos; y aniquila a los impíos doquiera que estén.
que ensalza a los humildes, y alienta con prosperidades a los tribulados;
a vista de tu ira e indignación, pues me levantaste en alto para estrellarme.
porque el Señor tiene en la mano un cáliz de vino puro, lleno de amarga mistura, y le hace pasar de uno a otro; mas no por eso se han apurado sus últimos tragos, las han de beber todos los pecadores de la tierra.
Se encontrarán y se necesitarán mutuamente el rico y el pobre; a ambos los ha creado el Señor.
y para todos los cedros más altos y erguidos del Líbano, y para todas las encinas de Basán;
porque pequeño haré yo que seas, ¡oh idumeo!, entre las naciones, y despreciable entre los hombres.
Y conocerán todos los árboles del país que yo el Señor humillé al árbol empinado, y ensalcé la humilde planta; y sequé el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo el Señor lo dije y lo hice.
No queráis, hermanos, hablar mal los unos de los otros. Quien habla mal de un hermano, o quien juzga a su hermano, éste tal de la ley habla mal, y a la ley juzga, o condena. Mas si tú juzgas a la ley, ya no eres observador de la ley, sino que te haces juez de ella.