Dijo David a Natán: Pequé contra el Señor. Le respondió Natán: También el Señor, que ve tu dolor, te ha perdonado el pecado. No morirás.
1 Samuel 15:30 - Biblia Torres Amat 1825 A lo que dijo Saúl: Yo he pecado; mas te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo, y en presencia de Israel, y te vuelvas conmigo, a fin de que a tu lado adore al Señor Dios tuyo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Saúl volvió a implorar: —Sé que he pecado. Pero al menos te ruego que me honres ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel al volver conmigo para que adore al Señor tu Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Saúl dijo: 'Es cierto, he pecado. Pero no me vayas a humillar ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel. Ven conmigo para que vaya a postrarme delante de Yavé tu Dios'. La Biblia Textual 3a Edicion Y él dijo: He pecado; pero te ruego que me honres ahora ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel, y regreses conmigo para que pueda postrarme ante YHVH tu Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Saúl entonces exclamó: 'Yo he pecado; pero ahora hónrame, por favor, ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel y vente conmigo para que yo adore a Yahveh, tu Dios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él dijo: Yo he pecado; mas te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel; y que vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios. |
Dijo David a Natán: Pequé contra el Señor. Le respondió Natán: También el Señor, que ve tu dolor, te ha perdonado el pecado. No morirás.
Envió, en fin, el faraón a llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: También esta vez he pecado: el Señor es justo; yo y mi pueblo unos impíos.
Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso, porque faltará la sabiduría a sus sabios, y desaparecerá el don de consejo de sus prudentes.
Mira que el que es incrédulo no tiene dentro de sí un alma justa. El justo, pues, en su fe vivirá.
Y es que amaron más la gloria o estimación de los hombres, que la gloria de Dios.
Y ¿cómo es posible que me recibáis y creáis vosotros que andáis mendigando alabanzas unos de otros y no procuráis aquella gloria que sólo de Dios procede?
Porque de éstos son los que se meten por las casas, y cautivan a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas de varias pasiones,
Y dijo Saúl: He pecado, vuelve, hijo mío David, que no te haré mal ninguno de este día en adelante; visto que has mirado hoy con tanto aprecio mi vida, que bien se ve cuán neciamente he procedido, y que he sido mal informado en muchísimas cosas.