aprended a hacer bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
1 Pedro 4:1 - Biblia Torres Amat 1825 De suerte que ya el tiempo que le queda en esta vida mortal, viva, no conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, ya que Cristo sufrió dolor en su cuerpo, ustedes prepárense, adoptando la misma actitud que tuvo él, y estén listos para sufrir también. Pues, si han sufrido físicamente por Cristo, han terminado con el pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Dado que Cristo padeció en su carne, háganse fuertes con esta certeza: el que ha padecido en su carne ha roto con el pecado. La Biblia Textual 3a Edicion Puesto que el Mesías padeció en la carne,° vosotros también armaos con el mismo pensamiento: El que padeció en la carne terminó con el pecado,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si, pues, Cristo ha padecido en carne, armaos también vosotros de la misma idea, a saber, que el que ha padecido en la carne ha quedado desligado del pecado, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; porque el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; |
aprended a hacer bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
y tus casas las entregarán a las llamas, y tomarán justa venganza de ti, a la vista de muchísimas mujeres o naciones; y tú cesarás de pecar, y nunca más darás pagas.
Así ni más ni menos vosotros considerad también que realmente estáis muertos al pecado por el bautismo , y que vivís ya para Dios en Jesucristo Señor nuestro.
No lo permita Dios. Porque estando ya muertos al pecado, ¿cómo hemos de vivir aún en él?
y yo vivo ahora, o más bien no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí. Así la vida que vivo ahora en esta carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo a la muerte por mí.
Y los que son de Cristo tienen crucificada su propia carne con los vicios y las pasiones.
Por tanto, tomad las armas todas de Dios, o todo su arnés, para poder resistir en el día aciago, y sosteneros apercibidos en todo.
escucharás, pues, su voz, y ejecutarás sus mandamientos y leyes que yo te prescribo.
Porque habéis de tener en vuestros corazones los mismos sentimientos que tuvo Jesucristo en el suyo,
Pues aun no habéis resistido hasta derramar la sangre, como Jesucristo, combatiendo contra el pecado;
Esforcémonos, pues, a entrar en aquel eterno descanso, a fin de que ninguno imite ejemplo de incredulidad.
En el cual, o por cuyo movimiento, fue también a predicar a los espíritus encarcelados,