Había en el país de Hus un varón célebre llamado Job, hombre sencillo y recto y temeroso de Dios, que se apartaba del mal.
1 Pedro 3:11 - Biblia Torres Amat 1825 Pues el Señor tiene fijos sus ojos sobre los justos, y escucha propicio las súplicas de ellos, al paso que mira con recelo a los que obran mal. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Biblia Nueva Traducción Viviente Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate por mantenerla. Biblia Católica (Latinoamericana) Aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella. La Biblia Textual 3a Edicion Apártese del mal, y haga el bien, Busque la paz, y sígala.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Apártese del mal y practique el bien; busque la paz y vaya tras ella. Biblia Reina Valera Gómez (2023) apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. |
Había en el país de Hus un varón célebre llamado Job, hombre sencillo y recto y temeroso de Dios, que se apartaba del mal.
Le replicó el Señor: ¿Pues no has observado a mi siervo Job cómo no tiene semejante en la tierra, varón sencillo, y recto, y temeroso de Dios, y muy ajeno de todo mal obrar, y que aún conserva la inocencia? Y eso que tú me has incitado contra él, para que yo le atribulase sin merecerlo.
Y dijo al hombre: Mira, la verdadera sabiduría consiste en temer al Señor y honrarle, y la inteligencia en apartarse de lo malo.
La senda de los justos está apartada del mal; no se desvía de ella quien guarda su alma.
Con la misericordia y la verdad se expía el pecado y con el temor del Señor se evita el mal.
para que seáis hijos imitadores de vuestro Padre celestial, el cual hace nacer su sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos y pecadores.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
pues a los pobres los tenéis siempre con vosotros, y podéis hacerles bien cuando quisiereis; mas a mí no me tendréis siempre.
para alumbrar a los que yacen en las tinieblas y en la sombra de la muerte, para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz.
Vosotros amad a vuestros enemigos, haced bien y prestad, sin esperanza de recibir nada por ello; y será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno aun para con los ingratos y malos.
Les dijo entonces Jesús : Tengo que haceros una pregunta: ¿Es lícito en los días de sábado hacer bien, o mal? ¿Salvar a un hombre la vida, o quitársela?
Vivid en paz si se puede, y cuanto esté de vuestra parte con todos los hombres.
Que no consiste el reino de Dios en comer, ni en beber esto o aquello, sino en la justicia, en la paz y en el gozo del Espíritu Santo.
En suma, procuremos las cosas que contribuyen a la paz, y observemos las que pueden servir a nuestra mutua edificación.
Justificados, pues, por la fe, mantengamos la paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo,
Por cuanto no hago el bien que quiero; antes bien hago el mal que no quiero.
Y así es que, cuando yo quiero hacer el bien, me encuentro con una ley o inclinación contraria, porque el mal está pegado a mí.
La sabiduría o prudencia de la carne es una muerte, pero la sabiduría de las cosas del espíritu, es vida y paz:
Al contrario, los frutos del espíritu son caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, longanimidad,
Así que, mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y sobre todo a aquellos que son, mediante la fe, de la misma familia del Señor que nosotros.
Y la paz de Cristo triunfe en vuestros corazones, paz divina a la cual fuisteis asimismo llamados para formar todos un solo cuerpo, y sed agradecidos a Dios por éste y otros beneficios.
a atesorar un buen fondo para lo venidero, a fin de alcanzar la vida verdadera.
atendiendo a que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando fuera y extendiendo sus ramas sofoque la buena semilla, y por dicha raíz se contaminen muchos.
Obedeced a vuestros prelados, y estadles sumisos, ya que ellos velan, como que han de dar cuenta a Dios de vuestras almas; para que lo hagan con alegría, y no penando, cosa que no os sería provechosa.
¡Ea, pues, oh ricos!, llorad, levantad el grito en vista de las desdichas que han de sobreveniros.
Todos dan testimonio a favor de Demetrio, y lo da la verdad misma, y se lo damos igualmente nosotros; y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero.
Volvió Jefté a enviar los mismos embajadores, mandándoles que dijesen al rey de Amón.