¡Oh, cuán grande es, Señor, la dulzura que tienes reservada para los que te temen! Tú la has comunicado abundantemente, a vista de los hijos de los hombres, a aquellos que tienen puesta en ti su esperanza.
1 Pedro 1:4 - Biblia Torres Amat 1825 a quienes la virtud de Dios conserva por medio de la fe para haceros gozar de la salud, que ha de manifestarse claramente en los últimos tiempos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, Biblia Nueva Traducción Viviente y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse. Biblia Católica (Latinoamericana) Reservaba para ustedes la herencia celestial, ese tesoro que no perece ni se echa a perder y que no se deshace con el tiempo. La Biblia Textual 3a Edicion para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, Biblia Serafín de Ausejo 1975 para una herencia incorruptible, pura e inmarchitable, reservada en el cielo para vosotros, Biblia Reina Valera Gómez (2023) para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en el cielo para vosotros, |
¡Oh, cuán grande es, Señor, la dulzura que tienes reservada para los que te temen! Tú la has comunicado abundantemente, a vista de los hijos de los hombres, a aquellos que tienen puesta en ti su esperanza.
Nos eligió por herencia suya a nosotros, porción bella de Jacob , que tanto amó.
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo haré permanecer siempre delante de mí, así, ¡oh Jerusalén !, permanecerá tu descendencia y tu renombre, dice el Señor.
Y a lo largo del arroyo nacerá en sus riberas de una y otra parte toda especie de árboles fructíferos; no se les caerá la hoja, ni les faltarán jamás frutos; cada mes llevarán frutos nuevos, pues las aguas que los riegan saldrán del santuario; y sus frutos servirán de comida, y sus hojas para medicina.
Entonces el rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino celestial, que os está preparado desde el principio del mundo;
Así que salió para ponerse en camino, vino corriendo uno, y arrodillado a sus pies, le preguntó: ¡Oh buen Maestro!, ¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna?
Y ahora, por último, os encomiendo a Dios, y a la palabra o promesa de su gracia, a aquel que puede acabar el edificio de vuestra salud, y haceros participar de su herencia con todos los santos.
a abrirles los ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, y con esto reciban la remisión de sus pecados, y tengan parte en la herencia de los santos, mediante la fe en mí.
Y siendo hijos, somos también herederos, herederos de Dios, y coherederos con Cristo , con tal, no obstante, que padezcamos con él a fin de que seamos con él glorificados.
Ello es que todos los que han de luchar en la palestra, guardan en todo una exacta continencia; y no es sino para alcanzar una corona perecedera; al paso que nosotros la esperamos eterna.
Porque si la herencia esta de bendiciones espirituales se nos da por la ley, ya no es por la promesa. Y Dios hizo por medio de la promesa la donación a Abrahán.
Por él fuimos también nosotros llamados como por suerte, habiendo sido predestinados según el decreto de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,
el cual es la prenda o las arras de nuestra herencia celestial hasta la perfecta libertad del pueblo que se ha adquirido el Señor para loor de la gloria de él mismo.
iluminando los ojos de vuestro corazón, a fin de que sepáis cuál es la esperanza, o lo que debéis esperar, de su vocación, y cuáles las riquezas y la gloria de su herencia destinada para los santos,
dando gracias a Dios Padre, que nos ha hecho dignos de participar en la suerte y herencia de los santos, iluminándonos con la luz del Evangelio;
en vista de la esperanza de la gloria, que os está reservada en los cielos, esperanza que habéis adquirido cuando se os anunció la verdadera doctrina del Evangelio.
sabiendo que recibiréis del Señor la herencia del cielo por galardón o salario; pues a Cristo nuestro Señor es a quien servís en la persona de vuestros amos.
Porque Demas me ha desamparado por el amor de este siglo, y se ha ido a Tesalónica;
No queráis, pues, malograr vuestra confianza, la cual recibirá un gran galardón.
Porque donde hay Testamento, es necesario que intervenga la muerte del testador;
Bienaventurado, pues, aquel hombre que sufre con paciencia la tentación, o tribulación; porque después que fuere así probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Así, pues, el que de veras ama la vida, y quiere vivir días dichosos, refrene su lengua del mal, y sus labios no se desplieguen a favor de la falsedad.
Vosotros igualmente, ¡oh jóvenes!, estad sujetos a los ancianos, o sacerdotes. Todos, en fin, inspiraos recíprocamente y ejercitad la humildad; porque Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes les da su gracia.
No entrará en esta ciudad cosa sucia, o contaminada, ni quien comete abominación y falsedad, sino solamente los que se hallan escritos en el Libro de la vida del Cordero.