Siempre suena en sus oídos un estruendo que le aterra; y en el seno de la paz él sospecha siempre traiciones.
1 Juan 4:18 - Biblia Torres Amat 1825 Amemos, pues, a Dios, ya que Dios nos amó el primero. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Biblia Nueva Traducción Viviente En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme no conoce el amor perfecto. La Biblia Textual 3a Edicion En el amor no hay temor, antes bien, el perfecto amor echa afuera el temor, pues el temor lleva en sí mismo castigo,° de donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor supone castigo, y el que teme no es perfecto en el amor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor conlleva castigo. Y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. |
Siempre suena en sus oídos un estruendo que le aterra; y en el seno de la paz él sospecha siempre traiciones.
Traspasa con tu santo temor mis carnes, pues tus juicios me han llenado de espanto.
¡Oh, y cómo fueron reducidos a total desolación! De repente fenecieron; perecieron de este modo por su maldad.
Los fariseos, al contrario, decían: Por arte del príncipe de los demonios, expele los demonios.
Porque no habéis recibido ahora el espíritu de servidumbre para obrar todavía solamente por temor como esclavos, sino que habéis recibido el espíritu de adopción de hijos en virtud del cual clamamos con toda confianza: Abba, esto es, ¡oh Padre mío!
Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, o de confesar tu fe públicamente, ni de mí que estoy en cadenas por amor suyo, antes bien padece y trabaja a una conmigo por el evangelio con la virtud que recibirás de Dios.
En esto conocemos que vivimos en él, y él en nosotros, porque nos ha comunicado su Espíritu.