mas al que tocare ser macho cabrío emisario, le presentará vivo ante el Señor para hacer las preces sobre él y echarle al desierto.
1 Juan 2:2 - Biblia Torres Amat 1825 Y si guardamos sus mandamientos, con eso sabemos que verdaderamente le hemos conocido. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Biblia Nueva Traducción Viviente Él mismo es el sacrificio que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo. Biblia Católica (Latinoamericana) El es la víctima por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero. La Biblia Textual 3a Edicion el cual es también la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él es sacrificio de purificación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. |
mas al que tocare ser macho cabrío emisario, le presentará vivo ante el Señor para hacer las preces sobre él y echarle al desierto.
Dijo después el criado: Señor, se ha hecho lo que mandaste, y aún sobra lugar.
Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a encontrarle, y dijo: He aquí el cordero de Dios, ved aquí el que quita los pecados del mundo.
y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho; pues nosotros mismos le hemos oído, y hemos conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.
Ya que por razón de haber él mismo padecido y sido tentado, puede también dar la mano a los que son tentados.
Porque andabais como ovejas descarriadas, mas ahora os habéis convertido y reunido al pastor, y obispo o superintendente de vuestras almas.
En el cual, o por cuyo movimiento, fue también a predicar a los espíritus encarcelados,
Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos, y no hay verdad en nosotros.
Todo aquel que permanece en él, no peca; y cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
Queridos míos, si así nos amó Dios, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios.
Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.
Entonces oí una voz sonora en el cielo que decía: He aquí el tiempo de salvación, de la potencia, y del reino de nuestro Dios, y del poder de su Cristo ; porque ha sido ya precipitado del cielo el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba día y noche ante la presencia de nuestro Dios.