Vamos hasta el Jordán, y tome cada cual de nosotros maderas del bosque para edificarnos allí un lugar en que habitar. Respondió Eliseo: Id en hora buena.
1 Corintios 9:6 - Biblia Torres Amat 1825 ¿O sólo yo y Bernabé no podemos hacer esto? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿O solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿O Bernabé y yo somos los únicos que tenemos que trabajar para sostenernos? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Solamente a Bernabé y a mí nos negarán el derecho a no trabajar? La Biblia Textual 3a Edicion ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho a no trabajar? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿O es que yo y Bernabé somos los únicos que no tenemos derecho a dejar el trabajo? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho a no trabajar? |
Vamos hasta el Jordán, y tome cada cual de nosotros maderas del bosque para edificarnos allí un lugar en que habitar. Respondió Eliseo: Id en hora buena.
como también los primerizos de nuestros hijos y de nuestros ganados, conforme está escrito en la ley, y los primerizos de nuestros bueyes, y de nuestras ovejas, para ofrecer todas estas cosas en la casa de nuestro Dios a los sacerdotes que están ejerciendo sus funciones en el templo de Dios nuestro.
Llegaron estas noticias a oídos de la Iglesia de Jerusalén ; y enviaron a Bernabé a Antioquía.
Los judíos instigaron a varias mujeres devotas y de distinción, y a los hombres principales de la ciudad, y levantaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de su territorio.
Y daban a Bernabé el nombre de Júpiter, y a Pablo el de Mercurio: por cuanto era el que llevaba la palabra.
Y como era del mismo oficio, se hospedó en su casa, y trabajaba en su compañía (el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña).
De esta manera José, a quien los apóstoles pusieron el sobrenombre de Bernabé, (esto es, Hijo de consolación o Consolador) que era levita y natural de la isla de Chipre,
Pero si no obstante estas razones, alguno se muestra terco, le diremos que nosotros no tenemos esa costumbre, ni la Iglesia de Dios.
He despojado, por decirlo así, a otras iglesias, recibiendo de ellas las asistencias de que necesitaba para serviros a vosotros.
Porque bien os acordaréis, hermanos míos, de nuestros trabajos y fatigas por amor vuestro; cómo trabajando de día y de noche, a trueque de no gravar a nadie, ganándonos nuestro sustento, predicamos ahí la buena nueva de Dios.