Decid a los pusilánimes: ¡Ea! buen ánimo, y no temáis; mirad a vuestro Dios que viene a ejecutar una justa venganza. Dios mismo en persona vendrá, y os salvará.
1 Corintios 8:9 - Biblia Torres Amat 1825 Pero cuidad de que esta libertad que tenéis no sirva de tropiezo a los débiles. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuídense, pues, de que sus derechos no hagan caer a los débiles. La Biblia Textual 3a Edicion Pero mirad que esta libertad vuestra no sea en alguna manera tropezadero para los débiles. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sin embargo, tened cuidado de que esa libertad vuestra no sea un escándalo para los débiles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas mirad que esta vuestra libertad de ninguna manera venga a ser tropezadero a los que son débiles. |
Decid a los pusilánimes: ¡Ea! buen ánimo, y no temáis; mirad a vuestro Dios que viene a ejecutar una justa venganza. Dios mismo en persona vendrá, y os salvará.
Yo diré entonces: Abrid camino, dejad expedito el paso, despejad la senda, apartad los estorbos del camino de mi pueblo.
Hijo de hombre, esos varones llevan sus inmundicias o ídolos dentro de sus corazones, y tienen siempre delante de sí el escándalo de su maldad. Cuando ellos me pregunten, ¿piensas acaso que les contestaré?
pues le sirvieron delante de sus ídolos, y fueron ellos piedra de escándalo a la familia de Israel, para que cayera en la maldad. Por eso yo alcé mi mano contra ellos, dice el Señor Dios, y juré que llevarán la paga de su maldad.
No hables mal de un sordo, ni pongas tropiezo ante los pies del ciego; mas temerás al Señor Dios tuyo; porque yo soy el Señor.
Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñitos; porque os hago saber que sus ángeles en los cielos están siempre viendo la cara de mi Padre celestial.
Y así nosotros, como más fuertes en la fe, debemos soportar las flaquezas de los menos firmes y no dejarnos llevar de una vana complacencia por nosotros mismos.
Dicta la caridad que nadie busque su propia satisfacción o conveniencia sino el bien del prójimo.
Mas si alguno dijere: Esto ha sido sacrificado a los ídolos, no lo comáis, en atención al que os ha avisado y a la conciencia:
a la conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué me he de exponer, diréis, a que sea condenada por la conciencia de otro esta libertad que tengo de comer de todo?
No deis motivo de ofensión o escándalo ni a los judíos, ni a los gentiles, ni a la Iglesia de Dios;
Porque si uno de éstos ve a otro, de los que están más instruidos, puesto a la mesa en un lugar dedicado a los ídolos, ¿no es claro que el que tiene su conciencia débil, se tentará a comer también de aquellas viandas sacrificadas que cree impuras?
Así sucede que, pecando contra los hermanos, y llagando su conciencia poco firme, venís a pecar contra Cristo .
Me hice flaco con los flacos, por ganar a los flacos. me hice todo para todos, para salvarlos a todos,
Digo esto con confusión mía, pues en este punto pasamos por sobrado débiles, o moderados. Pero en cualquiera otra cosa de que alguno presumiere y se vanagloriare (os parecerá que hablo sin cordura) no menos presumo yo:
¿Quién enferma, que no enferme yo con él?; ¿quién es escandalizado, o cae en pecado, que yo no me requeme?
Nosotros, no demos a nadie motivo alguno de escándalo, para que no sea vituperado nuestro ministerio.
Porque vosotros, hermanos míos, sois llamados a un estado de libertad; cuidad solamente que esta libertad no os sirva de ocasión para vivir según la carne; pero sed siervos unos de otros por un amor espiritual,
Estad sobre aviso para que nadie os seduzca por medio de una filosofía inútil y falaz, y con vanas sutilezas, fundadas sobre la tradición de los hombres, conforme a las máximas del mundo, y no conforme a la doctrina de Jesucristo,
Porque si después de haberse apartado de las asquerosidades del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, enredados otra vez en ellas son vencidos, su postrera condición viene a ser peor que la primera.
pues así tienes tú también a los que siguen la doctrina de los nicolaítas.