A los que creyeren, acompañarán estos milagros: En mi nombre lanzarán los demonios, hablarán nuevas lenguas,
1 Corintios 14:4 - Biblia Torres Amat 1825 Quien habla lenguas, se edifica a sí mismo; mas el que profetiza, edifica a la Iglesia de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Biblia Nueva Traducción Viviente La persona que habla en lenguas se fortalece a sí misma, pero el que dice una palabra de profecía fortalece a toda la iglesia. Biblia Católica (Latinoamericana) El que habla en lenguas se fortalece a sí mismo, mientras que el profeta edifica a la Iglesia. La Biblia Textual 3a Edicion El que habla en lenguas,° a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El que habla lenguas se edifica a sí mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que habla en lengua desconocida, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. |
A los que creyeren, acompañarán estos milagros: En mi nombre lanzarán los demonios, hablarán nuevas lenguas,
En suma, procuremos las cosas que contribuyen a la paz, y observemos las que pueden servir a nuestra mutua edificación.
a quién el don de hacer milagros, a quién el don de profecía, a quién discreción de espíritus, a quién don de hablar varios idiomas, a quién el de interpretar las palabras, o razonamientos.
Así es que ha puesto Dios varios miembros en la Iglesia, unos en primer lugar, apóstoles; en segundo lugar profetas, en el tercero doctores, luego a los que tienen el don de hacer milagros, después a los que tienen gracia de curar, de socorrer al prójimo, don de gobierno, de hablar todo género de lenguas, de interpretar las palabras.
Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y el lenguaje de los ángeles mismos, si no tuviere amor o caridad, vengo a ser como un metal que suena, o campana que retiñe.
Y aunque tuviera el don de profecía, y penetrase todos los misterios, y poseyese todas las ciencias; aunque tuviera toda la fe posible, de manera que trasladase de una a otra parte los montes, no teniendo amor, soy un nada.
Por eso vosotros, ya que sois codiciosos de estos dones espirituales, desead ser enriquecidos con ellos para edificación de la Iglesia.
Así, pues, el don de las lenguas es una señal no para los fieles, sino para los infieles; mas el de las profecías no se ha dado para convertir a los infieles, sino para instruir a los fieles.
Pues ¿qué es lo que se ha de hacer, hermanos míos? Vedlo aquí: Si cuando os congregáis, uno de vosotros se halla inspirado de Dios para hacer un himno, otro para instruir, éste para revelar alguna cosa de Dios, aquél para hablar lenguas, otro para interpretarlas, hágase todo para edificación de los fieles.
Al paso que el que hace oficio de profeta, habla con los hombres para edificación de ellos, y para exhortarlos y consolarlos.
Yo, sí, deseo que todos vosotros tengáis el don de lenguas; pero mucho más que tengáis el de profecía. Porque aquel que profetiza es preferible al que habla lenguas desconocidas; a no ser que también las interprete o profetice, a fin de que la Iglesia reciba utilidad.