Y la tribu de Judá ofendió al Señor irritándole con pecados mucho mayores que los que cometieron sus padres en medio de sus maldades.
1 Corintios 10:22 - Biblia Torres Amat 1825 ¿Por ventura queremos irritar con celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él? Todo me es lícito, sí, pero no todo es conveniente. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Qué? ¿Acaso nos atreveremos a despertar los celos del Señor? ¿Piensan que somos más fuertes que él? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Queremos provocar acaso los celos del Señor? ¿Seremos acaso más fuertes que él? La Biblia Textual 3a Edicion ¿O provocamos a celos al Señor?° ¿Acaso somos más fuertes que Él? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿O es que vamos a provocar a celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que Él? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que Él? |
Y la tribu de Judá ofendió al Señor irritándole con pecados mucho mayores que los que cometieron sus padres en medio de sus maldades.
El es el sabio de corazón y el fuerte y poderoso. ¿Quién jamás le resistió que quedase en paz?
Lo incitaron a ira en sus collados, y con el culto de los ídolos lo provocaron a celos.
No las adorarás ni rendirás culto. Yo soy el Señor Dios tuyo, el fuerte, el celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación, de aquellos, digo, que me aborrecen;
No quieras adorar a ningún dios extranjero. El Señor tiene por nombre Celoso. Dios quiere ser amado él solo.
El que aun ha de ser engendrado, ya es conocido de Dios por su propio nombre; y se sabe que siendo como será un hombre mortal, no podrá contender en juicio con Dios, que es más fuerte que él.
Ay del que dice a su padre: ¿Por qué me engendraste?, y a su madre: ¿Por qué me concebiste?
provocándome con los ídolos, obra de vuestras manos, sacrificando a los dioses ajenos en tierra de Egipto, a donde habéis venido a habitar, para perecer infelizmente, y ser la maldición y el oprobio de todas las gentes en la tierra?
Pero, ¿es acaso a mí, dice el Señor, a quien irritan ellos, y perjudican? ¿No es más bien a sí mismos a quien hacen daño, cubriéndose así de ignominia?
¿Por ventura podrá mantenerse firme tu corazón, o serán bastante robustos tus brazos en los días de quebranto que yo te preparo? Yo el Señor lo dije, y lo haré:
Y ni la plata ni el oro podrán librarlos en aquel día de la ira del Señor, cuyo ardiente celo devorará toda la tierra; pues él a toda prisa exterminará a cuantos la habitan.
Provocaron al Señor con adorar dioses ajenos, e incitaron su cólera con sus abominaciones o idolatrías.
Ellos han querido como picarme de celos, con adorar lo que no era dios, y me han irritado con sus vanidades: yo también los provocaré a celos, con amar a aquellos que no eran pueblo mío, y los irritaré sustituyendo en su lugar una gente necia y despreciable.
Porque Dios es celoso; el Señor tu Dios está en medio de ti; no sea que se irrite el furor del Señor Dios tuyo contra ti, y te extermine de sobre la faz de la tierra.
Traed a la memoria aquellos primeros días de vuestra conversión, cuando después de haber sido iluminados sufristeis con valor admirable un gran combate de persecuciones;
Dijo Josué al pueblo: No podréis servir al Señor: porque es un Dios santo, un Dios fuerte y celoso, que no sufrirá vuestras maldades y pecados.