Oído que hubo esto Naamán, entró a ver a su señor, y le dio parte, diciendo: Esto ha dicho una doncella de tierra de Israel.
1 Corintios 1:26 - Biblia Torres Amat 1825 Considerad si no, hermanos, quiénes son los que han sido llamados a la fe de entre vosotros, cómo no sois muchos los sabios, según la carne, ni muchos los poderosos, ni muchos los nobles; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; Biblia Nueva Traducción Viviente Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. Biblia Católica (Latinoamericana) Fíjense, hermanos, en ustedes, los elegidos de Dios: ¿cuántos de ustedes tienen el saber humano o son de familias nobles e influyentes? La Biblia Textual 3a Edicion Porque, mirad hermanos vuestro llamamiento, que no sois muchos sabios según la carne,° ni muchos poderosos ni muchos nobles; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ved, si no, hermanos, quiénes habéis sido llamados: no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de noble cuna. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues mirad, hermanos, vuestro llamamiento, que no muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles son llamados. |
Oído que hubo esto Naamán, entró a ver a su señor, y le dio parte, diciendo: Esto ha dicho una doncella de tierra de Israel.
Por tanto los hombres le temerán y respetarán, y ninguno de los que se precian de sabios se atreverá a contemplarle con curiosidad.
Y dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, el cual pondrá su esperanza en el Nombre del Señor.
me pareció también a mí, después de haberme informado de todo exactamente desde su primer origen, escribírtelos por su orden, oh dignísimo Teófilo,
En aquel mismo punto Jesús manifestó un extraordinario gozo, al impulso del Espíritu Santo, y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo, y las has descubierto a los humildes y pequeños. Así es, ¡oh Padre!, porque así fue tu beneplácito.
En la hora el procónsul, visto lo sucedido, abrazó la fe, maravillándose de la doctrina del Señor.
el cual estaba en compañía del procónsul Sergio Paulo, hombre de mucha prudencia. Este procónsul habiendo hecho llamar a sí a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios.
Sin embargo, algunos se le juntaron y creyeron, entre los cuales fue Dionisio el areopagita, y cierta mujer llamada Dámaris, con algunos otros.
¿En dónde están los sabios?, ¿en dónde los escribas, o doctores de la ley?, ¿en dónde esos espíritus curiosos de las ciencias de este mundo? ¿No es verdad que Dios ha convencido de fatua la sabiduría de este mundo?
Las cuales por eso tratamos no con palabras estudiadas de humana ciencia, sino conforme nos enseña el Espíritu de Dios, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
sabiduría que ninguno de los príncipes de este siglo ha entendido; que si la hubiesen entendido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria;
Los hermanos que conmigo están, os saludan. Os saludan todos los santos, y principalmente los que son de la casa, o palacio, de César.
Vosotros, al contrario, habéis afrentado al pobre. ¿No son los ricos los que os tiranizan, y no son ésos mismos los que os arrastran a los tribunales?
En atención a la misma verdad, que permanece en nosotros, y estará con nosotros eternamente,