¡Bendito sea ’Elohim, que no desechó mi oración, Ni apartó de mí su misericordia!
Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
Alaben a Dios, quien no pasó por alto mi oración ni me quitó su amor inagotable.
¡Bendito sea Dios, que no desvió mi súplica ni apartó de mi su amor!
Bendito sea el Señor, que no rechaza mi oración ni me retira sus favores.
Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
¡Bendito sea Dios, pues tomó en cuenta mi oración y me demostró su amor!
Porque no menospreció ni rechazó el dolor del afligido, Ni de él ocultó su rostro, Sino que cuando clamó a Él, lo escuchó.
Alarmado, me dije: ¡Cortado fui de tu presencia! Pero Tú oíste la voz de mis súplicas cuando clamé a ti.
¡No me eches de tu presencia, Ni quites de mí tu santo Espíritu!
¡Oh ’Elohim, Tú eres formidable desde tus Santuarios! El Dios de Israel es quien da vigor y poder a su pueblo. ¡Bendito sea ’Elohim!