v ¡Guarda mi alma y líbrame! No sea yo avergonzado, porque en ti me refugio.
Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
¡Protégeme! ¡Rescata mi vida de sus manos! No permitas que me avergüencen, pues yo en ti me refugio.
Defiende mi vida, líbrame: no quede confundido por haber confiado en ti.
Preserva tú mi vida y sé mi abrigo: que no sufra la vergüenza de haber confiado en ti.
Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
¡Líbrame de ellos! ¡No me hagas pasar vergüenza! ¡No dejes que me maten, porque en ti busco refugio!
YHVH te guardará de todo mal, Él guardará tu alma.
Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti confío; Hazme saber el camino por el que debo andar, porque a ti elevo mi alma.
Guárdame como a la niña de tus ojos, Escóndeme a la sombra de tus alas,
Guarda mi alma, porque soy piadoso, Dios mío, salva a tu siervo que en ti confía.
Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!° Y habiendo dicho esto, expiró.
Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba y decía:° ¡Señor Jesús, recibe mi espíritu!