Perseguí a mis enemigos, y les di alcance, Y no regresé hasta que acabé con ellos.
Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos.
Perseguí a mis enemigos y los alcancé; no me detuve hasta verlos vencidos.
Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados.
Tú ensanchaste la senda de mis pasos sin dejar que mis tobillos titubeen.
Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no me volví hasta acabarlos.
37 (38) Perseguí a mis enemigos y los alcancé, y no volví hasta haberlos destruido.
Mis pasos se han sostenido en tus caminos, Mis pies no resbalarán.
¡Levántate, oh YHVH, y sálvame Dios mío! Porque Tú eres el que golpea a todos mis enemigos en la mejilla, Y quebrantas los dientes de los malvados.
Ten misericordia de mí, oh YHVH, porque estoy en angustia. Mis ojos, mi alma y mis entrañas están consumidos de tristeza.
¡Echa mano del escudo y del broquel, Y levántate en mi ayuda!
Sean como la paja al viento, Y acóselos el ángel de YHVH;
k No así los malvados, que perecerán. Los enemigos de YHVH serán consumidos como grosura de carneros, Y se disiparán como el humo.
Contigo derribaremos a nuestros enemigos, En tu Nombre hollaremos a nuestros adversarios.
b Cuando mis enemigos se volvieron atrás, Tropezaron contigo y perecieron.
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.