Acordaos de la Ley de Moisés mi siervo, que le prescribí en Horeb para todo Israel, con sus ordenanzas y preceptos.
Judas 1:17 - La Biblia Textual 3a Edicion Pero vosotros, oh amados, acordaos de las palabras dichas anteriormente por los apóstoles de Jesús el Mesías, nuestro Señor, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ustedes, mis queridos amigos, deben recordar lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ustedes, amadísimos, recuerden lo que los apóstoles de Cristo nuestro Señor les anunciaron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero vosotros, hermanos, acordaos de las cosas predichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pero ustedes, queridos hermanos, acuérdense de lo que ya les habían dicho los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. |
Acordaos de la Ley de Moisés mi siervo, que le prescribí en Horeb para todo Israel, con sus ordenanzas y preceptos.
En todo os mostré que, trabajando así, es necesario socorrer a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, pues Él mismo dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
habiendo sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular el mismo Jesús, el Mesías,
Y Él mismo dio: unos, apóstoles; otros, profetas; otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros;
¿cómo escaparemos nosotros, teniendo en poco° una salvación tan grande?, la cual, comenzando° a ser proclamada por el Señor, nos° fue confirmada por los que lo oyeron a Él,
para recordar las palabras antes dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador, proclamado° por vuestros apóstoles.
Nosotros procedemos de Dios; el que conoce a Dios, nos escucha; el que no procede de Dios, no nos escucha. Por eso conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Amados, poniendo toda diligencia en escribiros acerca de nuestra común salvación, tuve necesidad de escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe una vez dada a los santos.