Era el padre de los pobres, Y de la causa que no conocía, me informaba con diligencia.
Job 31:32 - La Biblia Textual 3a Edicion El forastero no pasaba la noche en la calle, Yo abría mis puertas al viajero. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 (El forastero no pasaba fuera la noche; Mis puertas abría al caminante); Biblia Nueva Traducción Viviente Nunca he negado la entrada a un desconocido, más bien, he abierto mis puertas a todos. Biblia Católica (Latinoamericana) Tenía abierta mi puerta al caminante
y el forastero pasaba la noche a la intemperie. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nunca el extranjero pasó la noche al raso; yo tenía mi puerta abierta al caminante. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El extranjero no pasaba afuera la noche; mis puertas abría al caminante. Biblia Traducción en Lenguaje Actual jamás un extraño tocó a mi puerta sin ser invitado a pasar la noche; |
Era el padre de los pobres, Y de la causa que no conocía, me informaba con diligencia.
¿Acaso los siervos de mi tienda no decían: ¿Quién podrá hallar a alguno que no se haya saciado con su° alimento?
¿Acaso, como Adam, encubrí mis transgresiones, ocultando mi iniquidad en mi seno,
¿No es que partas tu pan con el hambriento, Y a los pobres errantes albergues en casa; Que cuando veas al desnudo, lo cubras, Y no te escondas de tu hermano?°
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me acogisteis,
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo, en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis.
contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando° la hospitalidad.
aprobada por buenas obras: Si crió hijos, si mostró hospitalidad, si lavó los pies de los santos, si socorrió a los afligidos, si se dedicó° a toda buena obra.
No olvidéis la hospitalidad, porque por medio de ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.°
Y entraron para pasar la noche en Gabaa y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los acogiera en su casa para pasar la noche.
Alzó pues sus ojos, y viendo al viajero en la plaza de la ciudad, dijo el anciano: ¿A dónde vas y de dónde vienes?