¡No tengo paz ni tranquilidad ni reposo, sino sólo turbación!
No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación.
No tengo paz ni tranquilidad. No tengo descanso; solo me vienen dificultades».
No hay para mí tranquilidad ni calma, mis tormentos no me dejan descansar.
No tengo sosiego ni paz, no tengo descanso: todo es turbación'.
No estaba seguro, ni descansaba, ni estaba quieto; sin embargo, vino turbación.
¿Oirá Dios su clamor, Cuando le sobrevenga la angustia?
Pero cuando esperaba el bien, vino el mal, Esperaba luz, y vino oscuridad.
Entonces intervino Elifaz temanita y dijo:
Si digo: Me consolará mi lecho, Mi cama aliviará mi queja;
Entonces me aterras con sueños Y me turbas con visiones.
Vivifícame, oh YHVH, por amor a tu Nombre, Por tu justicia saca mi alma de la angustia,