Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra, en grupos de tres.
Ezequiel 40:25 - La Biblia Textual 3a Edicion La puerta y sus arcadas tenían ventanas alrededor, como las otras ventanas. El largo era de cincuenta codos y el ancho de veinticinco codos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y el ancho de veinticinco codos. Biblia Nueva Traducción Viviente Tenía ventanas en las paredes, como las otras, y había una antesala mediante la cual el pasillo de la entrada salía al atrio exterior. Y como en las demás, el pasillo de la entrada tenía veintiséis metros con cincuenta centímetros de largo, y trece metros con treinta centímetros de ancho entre las paredes del fondo de los cuartos de vigilancia en lados opuestos. Biblia Católica (Latinoamericana) El pórtico, el vestíbulo y las ventanas en derredor eran semejantes, el ancho del pórtico era de cincuenta codos y su profundidad, de veinticinco. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También su vestíbulo tenía saeteras todo alrededor, semejantes a las de los otros. Este pórtico era de cincuenta codos de largo por veinticinco codos de ancho. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. |
Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra, en grupos de tres.
Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, que daban hacia los aposentos en el interior y alrededor de la puerta. Igualmente, su vestíbulo tenía ventanas alrededor y hacia el interior, y en cada pilar había palmas esculpidas.
Sus aposentos y sus pilares y sus arcadas eran conforme a esas medidas: Cincuenta codos de largo, y veinticinco codos de ancho; y había ventanas y arcadas todo en derredor.
Sus cámaras, sus pilares y sus arcadas eran conforme a estas medidas: Cincuenta codos de largo, y veinticinco codos de ancho, y tenía sus ventanas y sus arcadas en derredor.
Y los umbrales, las ventanas estrechas y los aposentos en derredor, en sus tres niveles, estaban revestidos de madera desde el suelo hasta las ventanas (las ventanas estaban cubiertas)
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Porque aún ahora vemos mediante espejo, veladamente;° pero entonces, cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, conforme fui conocido.
Tenemos también la palabra profética, la más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día amanezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;