Y percibió YHVH el aroma aplacador,° y dijo YHVH en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud. No volveré, por tanto, a cortar a todo ser viviente como acabo de hacerlo.
Estás perdida en la multitud de tus consejos; ¡Levántense ahora los que reparten los cielos, Y los que contemplan las estrellas, y los pronosticadores° Y que te salven de lo que te sobrevendrá!
Tus adulterios, tus lujuriantes relinchos, y la maldad de tu fornicación. Sobre los collados y en el campo he visto todas tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalem, que no te purificas!, ¿hasta cuándo será?°
¡Oh YHVH!, ¿acaso tus ojos no buscan° la verdad? Los castigaste, pero no se dolieron,° Los consumiste, pero se negaron a recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehúsan volverse a ti.
Así dice YHVH Sebaot: Los anchos muros de Babilonia serán totalmente derribados, Y sus altos portones serán quemados a fuego. En vano trabajaron los pueblos; Las naciones se esforzaron sólo para el fuego.
En tu inmundicia hay infamia, porque intenté limpiarte, pero no quisiste ser limpia de tu inmundicia. ¡Pues no serás limpia, hasta que Yo haya desahogado en ti mi indignación!
Pues así dice Adonay YHVH: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, de la olla cuya inmundicia está adentro, Cuyo verdín no sale de ella! Saca pues trozo a trozo, Y no eches suerte sobre ella.
Efraín se apacienta de viento, y sin cesar persigue al solano, Multiplica la mentira y la violencia, Han pactado un pacto con Asiria, Y llevan el aceite a Egipto.