En el año noveno de su reinado, en el décimo mes, a los diez días del mes, aconteció que Nabucodonsor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalem, y acampó contra ella, y construyeron empalizadas° a su alrededor.
Ezequiel 21:22 - La Biblia Textual 3a Edicion ya tiene la suerte en su diestra: ¡A Jerusalem! ¡Al ataque; a vocear para el degüello y a gritar para la guerra; a emplazar arietes contra las puertas; a levantar terraplenes y hacer torres de asalto! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar la orden de ataque, para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y edificar torres de sitio. Biblia Nueva Traducción Viviente El presagio en su mano derecha le indica: “¡Jerusalén!”. Sus soldados irán con arietes contra las puertas de la ciudad, pidiendo a gritos la masacre. Levantarán torres de asalto y construirán rampas contra las murallas. Biblia Católica (Latinoamericana) Y yo aplaudiré con fuerza, porque mi cólera habrá quedado satisfecha: yo, Yavé, hablé. Biblia Serafín de Ausejo 1975 También yo batiré palmas y aplacaré mi furor. Yo, Yahveh, he hablado'.' Biblia Reina Valera Gómez (2023) La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar baluarte, y edificar fuerte. Biblia Traducción en Lenguaje Actual 22 (27) Y la respuesta será: “Marcha contra Jerusalén”. El rey dará la orden: “¡Al ataque! ¡Preparen las máquinas y derriben los portones! ¡Hagan rampas para subir a la muralla! ¡Pongan escaleras para entrar en la ciudad! ¡Lancen gritos de guerra! ¡Que empiece la matanza!” |
En el año noveno de su reinado, en el décimo mes, a los diez días del mes, aconteció que Nabucodonsor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalem, y acampó contra ella, y construyeron empalizadas° a su alrededor.
Parece decir entre clarines: ¡Ea! ¡Ea! Olfateando desde lejos la batalla, La tronante voz de capitanes, y los alaridos de guerra.
He aquí las torres de asedio llegan ya a la ciudad para conquistarla, y la ciudad está siendo entregada en mano de los caldeos, que combaten contra ella con la espada, el hambre y la pestilencia. Lo que anunciaste se ha comprobado, y Tú lo estás viendo.
Porque así dice YHVH Dios de Israel a las casas de esta ciudad, y a las casas de los reyes de Judá, las cuales fueron derribadas para construir defensas contra las torres de asalto y contra la espada:
Anunciad a las naciones: Ved, anunciad a Jerusalem: ¡Vienen sitiadores de tierras lejanas, Y hacen resonar su voz contra las ciudades de Judá!
YHVH Sebaot ha jurado por sí mismo: Aunque tu muchedumbre sea más que la langosta, Sobre ti alzarán el grito de victoria.°
y en el noveno año de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, Nabucodonosor rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalem, y acampó contra ella y levantaron torres de asedio en derredor.
Matará a espada a tus hijas en el campo, Armará contra ti torres de asedio, Levantará contra ti baluartes, y afirmará su escudo contra ti.
Y pon contra ella sitio, y edifica contra ella torres de asedio, levanta terraplenes contra ella, pon tropas contra ella, y arietes a su alrededor.
Un tercio de los tuyos morirá de peste, el hambre los consumirá dentro de ti; un tercio caerá a espada alrededor tuyo, y un tercio esparciré a todos los vientos, y los perseguiré con la espada desnuda.
Así se desahogará mi ira sobre ellos y saciaré mi indignación, y quedaré satisfecho.° Y cuando haya agotado mi ira sobre ellos, sabrán que Yo, YHVH, hablé con pasión.
Encenderé pues un fuego a los muros de Rabá, Que devorará sus palacios, Entre el alarido° del día de batalla, Entre la tempestad del día huracanado,°
Y Josué había dado orden al pueblo, diciendo: No gritaréis, ni haréis oír vuestra voz, ni saldrá palabra alguna de vuestra boca, hasta el día cuando yo os diga: ¡Gritad! Entonces gritaréis.
Entonces el pueblo gritó y se hizo resonar el shofar. Y aconteció que cuando el pueblo oyó el sonido del shofar, el pueblo gritó con gran alarido, y la muralla cayó° sobre sí misma. Entonces el pueblo subió hacia la ciudad, cada uno de frente, y conquistaron la ciudad.
Y madrugó David a la mañana siguiente, y dejando el rebaño al cuidado de un pastor, cargó y partió, tal como Isaí le había mandado, y llegó al atrincheramiento en momentos en que el ejército estaba saliendo al frente y dando el grito de batalla.