Ezequiel 20:46 - La Biblia Textual 3a Edicion Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Teman, derrama tu palabra hacia el mediodía, profetiza contra el bosque del Néguev, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, derrama tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra el bosque del Neguev. Biblia Nueva Traducción Viviente «Hijo de hombre, ponte de cara al sur y denuncia a esa región; profetiza contra los matorrales del Neguev. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, y derrama tu palabra hacia la parte austral, y profetiza contra el bosque de la región del sur. Biblia Traducción en Lenguaje Actual 46-47 (21.2-3) «Ezequiel, dirige la mirada hacia el sur, y dale a Jerusalén este mensaje de mi parte: “Jerusalén, voy a prenderte fuego. Destruiré a todos tus habitantes, y no dejaré a ninguno con vida. El fuego se extenderá de sur a norte, y acabará con todos a su paso. ¡Nadie podrá apagar ese incendio! |
Carga de las bestias del Néguev:° Por tierra hostil y siniestra, De rugientes leones y leonas, De áspides y alados dragones, Llevan sus riquezas a lomo de asno, Y sus tesoros a giba de camello,° A un pueblo que no les será de provecho,
Las ciudades del Mediodía han sido cerradas, y no hay quien las abra; Todo Judá marcha al destierro, Sin faltar uno son llevados en cautiverio.
Y consagraré° contra ti destructores, Cada uno con sus armas, Que talarán tus cedros más selectos y los echarán al fuego.
Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Jerusalem, y deja caer tu palabra contra los Santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel,
Mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, del sur al norte, y cortaré de ti al inocente y al culpable.
Y dirigirás tu rostro hacia el asedio de Jerusalem, y con tu brazo descubierto profetizarás contra ella.
Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los montes de Israel, profetiza contra ellos, y di:
Ahora pues, oye esta palabra de YHVH: Tú dices: No profetices contra Israel, Ni vaticines contra la casa de Isaac.
¡No profeticéis!, dicen; No profeticéis así, que la afrenta no nos alcanzará.
Gotee como la lluvia mi doctrina, Y como el rocío destile mi palabra, Como llovizna sobre la hierba, Como chubascos sobre la grama,