Si un hombre yace con una mujer, y hay emisión de semen, y ella es una sierva comprometida con alguno, mas no ha sido realmente rescatada ni se le ha dado libertad, se hará una investigación, pero no serán muertos, por cuanto ella no es libre.
Deuteronomio 22:23 - La Biblia Textual 3a Edicion Si una joven virgen está comprometida con un hombre, y alguno la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; Biblia Nueva Traducción Viviente »Supongamos que un hombre conoce a una joven virgen que está comprometida para casarse y tiene relaciones sexuales con ella. Si tal cosa sucediera dentro de una ciudad, Biblia Católica (Latinoamericana) Si una joven está prometida en matrimonio a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y yace con ella, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si hubiere una doncella virgen desposada con marido, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; Biblia Traducción en Lenguaje Actual »Supongamos que alguien encuentra a una mujer comprometida para casarse con otro hombre, y tiene relaciones sexuales con ella. Si el encuentro tiene lugar dentro de la ciudad, y la mujer nunca gritó pidiendo ayuda, se deberá llevar a los dos ante las autoridades, para que los condenen a morir apedreados. Se condenará al hombre por deshonrar a la mujer de otro hombre; se condenará a la mujer por no haber pedido ayuda. Si ustedes hacen esto, harán que la maldad desaparezca de su país. |
Si un hombre yace con una mujer, y hay emisión de semen, y ella es una sierva comprometida con alguno, mas no ha sido realmente rescatada ni se le ha dado libertad, se hará una investigación, pero no serán muertos, por cuanto ella no es libre.
Quien esté comprometido con una mujer, y aún no la ha poseído, que se retire y vuelva a su casa, no sea que muera en combate, y algún otro la posea.
sacaréis a ambos a la puerta de aquella ciudad, y los lapidaréis con piedras. Morirán por esto: la muchacha, porque estando en la ciudad no gritó, y el hombre, porque humilló a la mujer de su prójimo. Así extirparás el mal de en medio de ti.