Lucas 7:29 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al oírlo, todo el pueblo, incluso los publicanos, reconocieron los designios de Dios y recibieron el bautismo de Juan. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando oyeron esto, todos —hasta los cobradores de impuestos— coincidieron en que el camino de Dios era el correcto, porque fueron bautizados por Juan; Biblia Católica (Latinoamericana) Todo el pueblo escuchó a Juan, incluso los publicanos; confesaron sus faltas y recibieron su bautismo. La Biblia Textual 3a Edicion Y todo el pueblo y los publicanos, al oírlo, justificaron a Dios,° habiendo sido bautizados con el bautismo de Juan, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todo el pueblo y los publicanos, al oírle, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Los que habían escuchado a Juan le pidieron que los bautizara, y hasta los cobradores de impuestos hicieron lo mismo. Así obedecieron lo que Dios había mandado. |
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
Pero si respondemos 'de los hombres', todo el pueblo nos va a apedrear; porque están convencidos de que Juan era un profeta'.
Llegaron también unos publicanos para bautizarse y le preguntaron: 'Maestro, ¿qué tenemos que hacer?'.
Yo os digo: entre los nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan. Con todo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él'.
Había sido iniciado en el Camino del Señor y hablaba y enseñaba, con gran exactitud y vehemente espíritu, sobre lo concerniente a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.
Preguntóles de nuevo: 'Pues, ¿con qué bautismo habéis sido bautizados?'. Respondieron: 'Con el bautismo de Juan'.
No reconocen que la justicia viene de Dios y procuran establecer la suya propia, de modo que no se han sometido a esa justicia de Dios.
cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: 'Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos tus caminos, rey de las naciones.
Y oí al ángel de las aguas que decía: 'Justo eres, el que es y el que era, el santo, por haber hecho así justicia.
Exclamó entonces Adoni Bézec: 'Setenta reyes, a quienes se les amputaron los pulgares de manos y pies, recogían migajas bajo mi mesa. Dios me paga mi merecido'. Le llevaron a Jerusalén y allí murió.