Además, los hijos de Judá apresaron vivos a otros diez mil, los llevaron a la cima de la Roca y los despeñaron desde allí, quedando reventados todos ellos.
Lucas 4:29 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 se levantaron, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la colina sobre la que estaba edificada su ciudad, con intención de despeñarlo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. Biblia Nueva Traducción Viviente Se levantaron de un salto, lo atacaron y lo llevaron a la fuerza hasta el borde del cerro sobre el cual estaba construida la ciudad. Querían arrojarlo por el precipicio, Biblia Católica (Latinoamericana) se levantaron y lo empujaron fuera del pueblo, llevándolo hacia un barranco del cerro sobre el que está construido el pueblo, con intención de arrojarlo desde allí. La Biblia Textual 3a Edicion y levantándose, lo sacaron fuera de la ciudad y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual había sido edificada la ciudad de ellos, para despeñarlo; Biblia Reina Valera Gómez (2023) y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Entonces sacaron de allí a Jesús, y lo llevaron a lo alto de la colina donde estaba el pueblo, pues querían arrojarlo por el precipicio. |
Además, los hijos de Judá apresaron vivos a otros diez mil, los llevaron a la cima de la Roca y los despeñaron desde allí, quedando reventados todos ellos.
Jet. Desenvainan la espada los impíos, tensan luego sus arcos, para abatir al pobre y desvalido y dar muerte a los justos.
Pero Yahveh dijo a Moisés: 'Ese hombre debe morir sin remedio; toda la comunidad lo apedreará fuera del campamento'.
Cuando oyeron esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de indignación;
Ya sé que sois descendientes de Abrahán, pero pretendéis matarme, porque mi palabra no cala en vosotros.
Pero ahora pretendéis matarme: precisamente a mí que os he dicho la verdad, la verdad que he oído estando junto a Dios. Eso no lo hizo Abrahán.
Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.
Por eso, también Jesús, para consagrar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta de la ciudad.