que el enemigo me acose y que me alcance, que me arrastre por los suelos y eche a rodar mi honor por tierra. Selah
Jueces 4:6 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades de Neftalí, y le dijo: '¿No te tiene ordenado Yahveh, Dios de Israel, que vayas al monte Tabor, a reclutar y tomar contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de Zabulón? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; Biblia Nueva Traducción Viviente Un día Débora mandó a buscar a Barac, hijo de Abinoam, quien vivía en Cedes, en el territorio de Neftalí y le dijo: —El Señor, Dios de Israel, te ordena: reúne en el monte Tabor a diez mil guerreros de las tribus de Neftalí y de Zabulón. Biblia Católica (Latinoamericana) Mandó a buscar a Barac, hijo de Abinoam, de Cadés en Neftalí. Le mandó a decir: 'Esta es la orden de Yavé, el Dios de Israel: Dirígete al monte Tabor y recluta a diez mil hombres entre los hijos de Neftalí y los hijos de Zabulón. La Biblia Textual 3a Edicion Y ella hizo llamar a Barac ben Abinoam, desde Cedes-Neftalí, y le dijo: ¿No te ha ordenado YHVH, Dios de Israel, diciendo: Anda, avanza hacia monte Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ella envió a llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová, el Dios de Israel, diciendo: Ve, y retírate hasta el monte de Tabor, y toma contigo a diez mil hombres de los hijos de Neftalí, y de los hijos de Zabulón; Biblia Traducción en Lenguaje Actual Cierto día, ella mandó llamar a Barac hijo de Abinóam, que vivía en Quedes, un pueblo de la tribu de Neftalí, y le dijo: —El Dios de Israel, que es el Dios verdadero, te ordena reunir en el monte Tabor a diez mil hombres de las tribus de Neftalí y de Zabulón. |
que el enemigo me acose y que me alcance, que me arrastre por los suelos y eche a rodar mi honor por tierra. Selah
Tuyo es el cielo, lo mismo que la tierra; el orbe y su plenitud, eres tú quien lo ha fundado:
¡Por mi vida! -oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot-: vendrá como el Tabor entre los montes y como el Carmelo sobre el mar.
Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor.
Porque así nos lo ha ordenado el Señor: Voy a hacerte luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta los con fines de la tierra'.
¿Y para qué seguir? Tiempo me faltaría si tuviera que contar lo ocurrido a Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas,
¿No soy yo quien te da esta orden? Sé fuerte y animoso; no tiembles ni temas, porque Yahveh, tu Dios, irá contigo adondequiera que vayas'.
La frontera tocaba luego el Tabor, Sajasimá y Bet Semes y terminaba en el Jordán: dieciséis ciudades con sus aldeas.
De la tribu de Neftalí, como ciudad de asilo para los homicidas, Cades, en Galilea, Jammot Dor y Cartán con sus pastizales: tres ciudades.
Convocó Barac a Zabulón y Neftalí en Cades y emprendió la marcha, seguido de diez mil hombres. También Débora subió con él.
Aquel día, Débora y Barac, hijo de Abinoán, entonaron un cántico diciendo:
Despachó mensajeros por todo Manasés, que también se congregó en su seguimiento; envió igualmente mensajeros a Aser, Zabulón y Neftalí, quienes subieron a su encuentro.
Dijo luego a Zébaj y a Salmuná: '¿Cómo eran los hombres que habéis matado en el Tabor?'. Respondieron: 'Parecidos a ti; todos ellos tenían aspecto de ser hijos de rey'.
Y siguiendo adelante, cuando llegues a la encina del Tabor, te saldrán al paso tres hombres que suben hacia Dios, a Betel: uno llevará tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero un odre de vino.
Envió luego Yahveh a Yerubaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, para libraros de las manos de los enemigos que os rodeaban, de suerte que pudierais vivir confiados.