Desaparezcan los errados en la tierra y no haya más impíos. Bendice, alma mía, al Señor. Aleluya.
Jueces 4:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Barac siguió en persecución de los carros y del ejército hasta Jaróset Hagoin y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada: no quedó ni uno. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Barac persiguió a los carros y al ejército enemigo hasta Haroset-goim, y mató a todos los guerreros de Sísara. Ni uno solo quedó con vida. Biblia Católica (Latinoamericana) Barac salió en persecución de los carros y del ejército hasta Haroset-ha-Goyim, y todo el ejército de Sísera cayó bajo el filo de la espada; nadie escapó. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Haroset de los Gentiles, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Barac, mientras tanto, persiguió a los soldados y a los carros hasta Haróset-goím. Aquel día murieron todos los soldados de Sísara. Ni uno solo quedó con vida. |
Desaparezcan los errados en la tierra y no haya más impíos. Bendice, alma mía, al Señor. Aleluya.
Haz con ellos igual que con Madián, como con Sísara y Yabin, en el valle del Quisón,
Con ellos va también unido Asur, dando la mano a los vástagos de Lot. Selah
Las aguas, al reunirse, cubrieron carros y jinetes, todo el ejército del Faraón, que había entrado tras ellos en el mar. No quedó ni uno solo.
que sacó carros y caballos, tropas y adalides a la vez; yacen tendidos, no se levantan, se apagaron como mecha, se extinguieron:
Efectivamente, cuantos pecaron fuera de la ley, fuera de la ley perecerán. Y cuantos pecaron dentro de la ley, por la ley serán juzgados.
Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.
Yahveh les infundió pánico a la vista de Israel, que les infligió una gran derrota en Gabaón, los persiguió camino de la cuesta de Bet Jorón y los batió hasta Azecá y Maquedá.
Yahveh los entregó en manos de Israel. Los derrotaron y persiguieron hasta Sidón la Grande, hasta Misrefot Máin y, por el oriente, hasta el valle de Mispá. Los batieron sin dejar supervivientes.
Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, esposa de Jéber, el quenita, pues había paz entre Yabin, rey de Jasor y la casa de Jéber, el quenita.
Por ello Yahveh los entregó en manos de Yabín, rey de Canaán, que reinaba en Jasor. El jefe de su ejército era Sísara, que residía en Jaróset Hagoin.