'Soy un forastero que reside entre vosotros. Concededme una propiedad sepulcral en vuestra tierra para trasladar a mi difunta y sepultarla'.
Juan 11:39 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dice Jesús: 'Quitad la losa'. Marta, la hermana del difunto, le dice: 'Señor, ya hiede, pues lleva cuatro días'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Biblia Nueva Traducción Viviente «Corran la piedra a un lado», les dijo Jesús. Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó: —Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un olor espantoso. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús ordenó: 'Quiten la piedra. Marta, hermana del muerto, le dijo: 'Señor, ya tiene mal olor, pues lleva cuatro días. La Biblia Textual 3a Edicion Jesús dice: Quitad la piedra. Le dice Marta, la hermana del que había muerto: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. |
'Soy un forastero que reside entre vosotros. Concededme una propiedad sepulcral en vuestra tierra para trasladar a mi difunta y sepultarla'.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado; porque polvo eres y al polvo volverás'.
Tales son los caminos de los necios y, después de ellos, del que se complace en sus sentencias. Selah
Iban diciéndose entre ellas mismas: '¿Quién nos rodará la piedra de la puerta del sepulcro?'.
Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro.
Ahora bien, David, después de haber servido durante su vida al designio de Dios, murió y fue a reunirse con sus padres y experimentó corrupción.
de que no abandonarás mi alma al Hades, ni dejarás que tu consagrado experimente corrupción.
en éstos, fragancia que lleva de muerte a muerte, en aquéllos, fragancia que lleva de vida a vida. Y para esto, ¿quién está capacitado?
el cual transfigurará el cuerpo de esta humilde condición nuestra, conformándolo al cuerpo de su condición gloriosa, según la eficacia de su poder, para someter a su dominio todas las cosas.