Jeremías 24:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh me dijo: '¿Qué ves, Jeremías?'. 'Higos -respondí-. Los higos buenos son muy buenos, pero los malos, muy malos, que de tan malos no se pueden comer'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el Señor me preguntó: —¿Qué ves, Jeremías? —Higos —contesté—, algunos muy buenos y otros muy malos, tan podridos que no pueden comerse. Biblia Católica (Latinoamericana) Y me preguntó Yavé: '¿Qué ves, Jeremías?' Le contesté: 'Higos. Los buenos son muy buenos; los malos están tan podridos que no se pueden comer. La Biblia Textual 3a Edicion Y YHVH me dijo: ¿Qué ves, Jeremías? Y respondí: Higos, higos buenos, muy buenos, y otros malos, muy malos, que de tan malos no pueden comerse. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos, higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Dios me preguntó: «Jeremías, ¿qué es lo que ves?» Yo le contesté: «Veo dos clases de higos. Unos están muy buenos, pero los otros están tan malos que no se pueden comer». |
así dice Yahveh Sebaot: 'Mirad: voy a enviar contra ellos la espada, el hambre y la peste, y les haré como a los higos podridos, que de tan malos no se pueden comer.
Yahveh me dijo: '¿Qué ves, Amós?'. 'Una plomada', respondí. El Señor dijo entonces: 'Aquí estoy yo para poner la plomada en medio de mi pueblo Israel: no le perdonaré ya más.
Y me preguntó: '¿Qué ves, Amós?'. 'Una cesta de fruta madura', respondí. Yahveh me dijo: 'Mi pueblo Israel está maduro, no le perdonaré ya más.
y me dijo: '¿Qué ves?'. Respondí: 'Veo un candelabro todo de oro con un recipiente en su parte superior, y encima de él siete lámparas y siete bocas para las siete lámparas que hay en su parte superior.
Me preguntó: '¿Qué ves?'. Respondí: 'Veo un libro volando, de veinte codos de largo por diez de ancho'.
Antiguamente, en Israel, cuando alguien iba a consultar a Dios, decía: 'Venid, vamos al vidente'. Porque al que hoy llamamos profeta, antes se le llamaba vidente.