Gálatas 2:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego, catorce años más tarde, regresé a Jerusalén, esta vez con Bernabé; y Tito también vino. Biblia Católica (Latinoamericana) Después de catorce años subí de nuevo a Jerusalén con Bernabé, llevando a Tito con nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalem° con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Catorce años después, Dios me hizo ver que yo debía ir a Jerusalén. En esa ocasión me acompañaron Bernabé y Tito. Allí nos reunimos con los miembros de la iglesia, y les explicamos el mensaje que yo anuncio a los que no son judíos. Luego me reuní a solas con los que eran reconocidos como líderes de la iglesia, pues quería estar seguro de que mi trabajo, pasado y presente, no iba a resultar un esfuerzo inútil. |
Así lo hicieron, y se la remitieron a los ancianos por medio de Bernabé y de Saulo.
Bernabé y Saulo, una vez cumplido su encargo, regresaron de Jerusalén, trayendo consigo a Juan, por sobrenombre Marcos.
Un día que estaban celebrando el culto del Señor acompañado de ayuno, dijo el Espíritu Santo: 'Separadme a Bernabé y a Saulo, para la obra a que los tengo destinados'.
Pero los judíos instigaron a las mujeres devotas y distinguidas y a los principales de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, expulsándolos de sus confines.
Por ello, nos ha parecido bien elegir, de común acuerdo, algunos hombres y enviarlos a vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo,
¿O es que yo y Bernabé somos los únicos que no tenemos derecho a dejar el trabajo?
no tuve sosiego en mi espíritu, porque no encontré a Tito, mi hermano, así que me despedí de ellos y salí para Macedonia.
Gracias sean dadas a Dios que ha puesto en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros;
En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros. Respecto a nuestros hermanos, son enviados de las iglesias, son gloria de Cristo.
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para visitar a Cefas, y me quedé quince días con él;
Y los demás judíos cayeron [también] con él en la simulación, de tal manera que hasta Bernabé fue arrastrado por ellos al disimulo.
Pues bien, ni Tito, que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse.
y reconociendo la gracia que se me había dado, Santiago y Cefas y Juan, los considerados como columnas, nos dieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a los circuncisos.
Saludos de Aristarco, mi compañero de prisión; de Marcos, el primo de Bernabé, sobre el cual habéis recibido instrucciones, de modo que, si pasa por ahí, acogedlo;
a Tito, auténtico hijo en la fe que nos es común: gracia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.