Tú los consagrarás y serán santísimos; todo cuanto toquen quedará consagrado.
Éxodo 40:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ungirás también el altar de los holocaustos y todos sus utensilios. Después consagrarás el altar, y será santísimo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo. Biblia Nueva Traducción Viviente Unge el altar de las ofrendas quemadas y sus utensilios, a fin de consagrarlos. Entonces el altar será completamente santo. Biblia Católica (Latinoamericana) Ungirás además el altar de los holocaustos con todos sus utensilios. Consagrarás el altar y en adelante será cosa sacratísima. La Biblia Textual 3a Edicion Ungirás también el altar del holocausto con todos sus utensilios, y santificarás el altar, y el altar será santísimo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ungirás también el altar del holocausto y todos sus vasos: y santificarás el altar, y será un altar santísimo. Biblia Traducción en Lenguaje Actual Pon aceite sobre el altar de los sacrificios quemados y sobre sus utensilios, y sobre el recipiente de bronce y su base, para que todo quede dedicado a mi servicio. |
Tú los consagrarás y serán santísimos; todo cuanto toquen quedará consagrado.
Reposará sobre él el espíritu de Yahveh, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Yahveh.
El espíritu de Yahveh está sobre mí, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnistía,
Con el óleo roció siete veces el altar y ungió, a fin de consagrarlos, el altar y todos sus utensilios, la pila y su soporte.
El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te envolverá en su sombra; por eso, el que nacerá será santo, será llamado Hijo de Dios.
Y por ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la verdad.'
Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Espíritu con cicatería.
De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabiduría, como también justicia, santificación y redención.
Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que en él llegáramos nosotros a ser justicia de Dios.
Tal es también el sumo sacerdote que nos era conveniente: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.