Entonces el rey se quitó de su dedo el anillo y se lo dio a Amán, hijo de Hamdatá, del país de Agag, el enemigo de los judíos.
Ester 3:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey dijo a Amán: 'Quede para ti la plata; y por lo que se refiere a ese pueblo, haz de él lo que mejor te parezca'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y le dijo: La plata que ofreces sea para ti, y asimismo el pueblo, para que hagas de él lo que bien te pareciere. Biblia Nueva Traducción Viviente El rey dijo: «Tanto el dinero como el pueblo son tuyos para que hagas con ellos lo que mejor te parezca». Biblia Católica (Latinoamericana) El rey añadió: 'Guarda tu dinero y haz lo que quieras con ese pueblo». La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey dijo a Amán: La plata sea para ti, y también el pueblo, para que hagas con él lo que parezca bien ante tus ojos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y el rey dijo a Amán: La plata te es dada para ti, y también el pueblo, para que hagas con él lo que bien te pareciere. Biblia Traducción en Lenguaje Actual y le dijo: —Puedes quedarte con tu dinero. Haz con esa gente lo que te parezca. |
Entonces el rey se quitó de su dedo el anillo y se lo dio a Amán, hijo de Hamdatá, del país de Agag, el enemigo de los judíos.
El día trece del primer mes fueron convocados los secretarios del rey y se escribió exactamente, según las órdenes de Amán, a los sátrapas del rey, a los gobernadores de cada provincia y a los grandes de cada pueblo, a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo según su lengua. El escrito se hacía en nombre del rey Asuero y estaba sellado con el anillo real.
En cuanto a mí, aquí estoy en vuestras manos; haced de mí lo que mejor os parezca.
Y ahora, mira: hoy te libro de las cadenas que hay en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo miraré por ti; pero si te parece mal venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira: todo el país está delante de ti; vete a donde mejor y más conveniente te parezca'.
Puso en libertad al que reclamaban, al que había sido encarcelado por motín y homicidio, y a Jesús lo entregó a su arbitrio.