El cíngulo para sujetar el efod formaba cuerpo con él y era de la misma hechura, de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino torzal, conforme a lo que había ordenado Yahveh a Moisés.
Apocalipsis 1:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975 y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ceñido a la altura del pecho con un ceñidor de oro. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Biblia Nueva Traducción Viviente Y de pie en medio de los candelabros había alguien semejante al Hijo del Hombre. Vestía una túnica larga con una banda de oro que cruzaba el pecho. Biblia Católica (Latinoamericana) y en medio de los candeleros vi como a un hijo de hombre vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho. La Biblia Textual 3a Edicion y en medio de los siete° candelabros, a uno semejante al Hijo del Hombre,° vestido de una túnica talar° y ceñido a la altura del pecho con una faja de oro°. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Biblia Traducción en Lenguaje Actual En medio de los candelabros vi a alguien que parecía ser Jesús, el Hijo del hombre. Vestía una ropa que le llegaba hasta los pies, y a la altura del pecho llevaba un cinturón de oro. |
El cíngulo para sujetar el efod formaba cuerpo con él y era de la misma hechura, de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino torzal, conforme a lo que había ordenado Yahveh a Moisés.
Será la justicia ceñidor de su cintura y la fidelidad ceñidor de sus caderas.
Entonces, uno que tenía apariencia humana tocó mis labios. Abrí la boca, hablé y dije al que estaba delante de mí: 'Señor mío, durante la visión sentí grandes dolores y he quedado exhausto.
Continué observando en la visión nocturna, y de pronto vi que, con las nubes del cielo, venía como un hijo de hombre; avanzó hacia el anciano, le fue llevado a su presencia.
Seguí mirando y vi que colocaron unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve; los cabellos de su cabeza puros como la lana; su trono eran llamas de fuego; sus ruedas eran ascua encendida.
Le puso luego la túnica y se la ciñó con el cíngulo, lo vistió con el manto, le puso el efod, le ciñó el cíngulo del efod y se lo ató.
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario: tentado en todo, como semejante a nosotros, pero sin pecado.
Miré, y apareció una nube blanca. Sentado sobre la nube uno semejante a Hijo de hombre, que tenía una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
Salieron del santuario los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino resplandeciente y puro, ceñidos alrededor del pecho con cinturones de oro.
Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe: 'Esto dice el que tiene en su diestra las siete estrellas, el que se pasea en medio de los siete candelabros de oro: