Entonces la mujer dijo a Elías: ¡No quiero nada contigo, profeta! ¿Has venido a mi casa a recordar mis culpas y matarme a mi hijo?
Mateo 8:34 - Nueva Biblia Española (1975) Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que abandonara su país. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces toda la ciudad salió al encuentro de Jesús, pero le rogaron que se fuera y los dejara en paz. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces todos los habitantes salieron al encuentro de Jesús y, no bien lo vieron, le rogaron que se alejase de sus tierras. La Biblia Textual 3a Edicion Y todo el pueblo salió entonces al encuentro de Jesús, y al verlo, le rogaron que se alejara de sus contornos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, cuando lo vieron, le suplicaron que abandonase aquellos territorios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí, toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos. |
Entonces la mujer dijo a Elías: ¡No quiero nada contigo, profeta! ¿Has venido a mi casa a recordar mis culpas y matarme a mi hijo?
Ellos que decían a Dios: 'Apártate de nosotros, que no nos interesan tus caminos.
Decían a Dios: 'Apártate de nosotros, ¿qué puede hacernos el Todopoderoso?'.
Amasias ordenó a Amos: Vidente, vete, escapa al territorio de Judá; allí te ganarás la vida y profetizarás;
De pronto empezaron a gritar: ¿Quién te mete a ti en esto, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
Al ver a Jesús empezó a dar gritos, se postró ante él y le dijo a voces: ¿Quién te mete a ti en esto, Jesús, Hijo de Dios Soberano? Por favor no me atormentes.
Pero ahora tememos morir devorados por ese fuego violento; si seguimos oyendo la voz del Señor, nuestro Dios, moriremos;
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: ¿Vienes en son de paz?