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Sofonías 3:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Sus profetas son impertinentes, hombres traicioneros. Sus sacerdotes profanan las cosas santas y violentan la ley.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sus profetas son mentirosos y arrogantes, en busca de su propia ganancia. Sus sacerdotes profanan el templo al desobedecer las instrucciones de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sus profetas son insolentes, hombres desleales; sus sacerdotes han profanado el santuario y han violentado la Ley.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sus profetas son vanidosos, impostores; sus sacerdotes profanan lo santo, quebrantan la ley.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

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Lòt tradiksyon



Sofonías 3:4
33 Referans Kwoze  

La cabeza son los ancianos y la gente de alto rango; la cola son los profetas, maestros de mentiras.


Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones —afirma el Señor—. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo —afirma el Señor—.


A los jefes de Judá y de Jerusalén, y a los oficiales de la corte y a los sacerdotes, y a todos los que pasaron entre los pedazos del novillo,


Los profetas profieren mentiras, los sacerdotes gobiernan a su antojo, ¡y mi pueblo tan campante! Pero ¿qué vais a hacer vosotros cuando todo haya terminado?


Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres, y sus campos a otros dueños. Porque, desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Tus profetas te anunciaron visiones falsas y engañosas. No denunciaron tu maldad; no evitaron tu cautiverio. Los mensajes que te anunciaban eran patrañas.


Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco les prestan atención a mis sábados, y he sido profanado entre ellos.


Mira, ahí tienes a los gobernadores de Israel, que en tus calles abusan del poder solo para derramar sangre.


»”Deberán enseñarle a mi pueblo a distinguir entre lo sagrado y lo profano, y mostrarle cómo diferenciar entre lo puro y lo impuro.


Han llegado los días del castigo, han llegado los días de la retribución. ¡Que lo sepa Israel! Es tan grande tu maldad, y tan intensa tu hostilidad, que al profeta se le tiene por necio, y al hombre inspirado, por loco.


Si, con la intención de mentiros, llega algún embustero y os dice: «Yo os anuncio vino y cerveza», este pueblo lo verá como un profeta.


Sus gobernantes juzgan por soborno, sus sacerdotes instruyen por paga, y sus profetas predicen por dinero; para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor entre nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»


»El hijo honra a su padre y el siervo, a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y, si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, os pregunto a vosotros, sacerdotes que despreciáis mi nombre. »Y encima preguntáis: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?”


»Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción, porque es mensajero del Señor Todopoderoso.


Pero vosotros os habéis desviado del camino y mediante vuestra instrucción habéis hecho tropezar a muchos; habéis arruinado el pacto con Leví —dice el Señor Todopoderoso—.


»Cuidaos de los falsos profetas. Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.


Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo.


Queridos hermanos, no creáis a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sometedlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.


Pero la bestia fue capturada junto con el falso profeta. Este es el que hacía señales milagrosas en presencia de ella, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego y azufre.


Y le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal Berit, con las cuales Abimélec contrató a unos maleantes sin escrúpulos para que lo siguieran.


Elí, que ya era muy anciano, se enteró de todo lo que sus hijos le estaban haciendo al pueblo de Israel, incluso de que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del santuario.