Sofonías 3:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Desde más allá de los ríos de Cus me traerán ofrendas mis adoradores, mi pueblo disperso. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi pueblo disperso que vive más allá de los ríos de Etiopía vendrá a presentar sus ofrendas. Biblia Católica (Latinoamericana) De más allá de los ríos de Etiopía mis fieles me traerán ofrendas. La Biblia Textual 3a Edicion Desde más allá de los ríos de Etiopía, los que me veneran, la hija de mis dispersos,° traerán ofrendas para mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Desde más allá de los ríos de Etiopía mis adoradores, mis hijos dispersos, me traerán sus ofrendas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De más allá de los ríos de Etiopía, mis suplicantes, aun la hija de mis esparcidos, me traerán ofrenda. |
En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar y Jamat, y en las regiones más remotas.
Izará una bandera para las naciones, reunirá a los desterrados de Israel, y de los cuatro puntos cardinales juntará al pueblo esparcido de Judá.
En aquel tiempo ese pueblo de alta estatura y de lampiña piel, ese pueblo temido en todas partes, esa nación agresiva y dominante, cuya tierra está surcada por ríos, le llevará ofrendas al Señor Todopoderoso. Se las llevará al monte Sión, al lugar donde habita el nombre del Señor Todopoderoso.
Porque, desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor Todopoderoso—.
«¿Dónde piensa irse este para que no podamos encontrarlo? —comentaban entre sí los judíos—. ¿Será que piensa ir a nuestra gente dispersa entre las naciones, para enseñar a los griegos?
»Después de una ausencia de varios años, volví a Jerusalén para traer donativos a mi pueblo y presentar ofrendas.
Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo.
Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,