Una tarde, salió a dar un paseo por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.
Salmos 1:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Biblia Nueva Traducción Viviente sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Biblia Católica (Latinoamericana) mas le agrada la Ley del Señor
y medita su Ley de noche y día. La Biblia Textual 3a Edicion Sino que en la Ley de YHVH está su delicia, Y en su Ley medita° de día y de noche. Biblia Serafín de Ausejo 1975 sino que en la ley divina se complace y sobre ella medita, día y noche. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. |
Una tarde, salió a dar un paseo por el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.
Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley del Señor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas.
No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado las palabras de su boca.
Quiera él agradarse de mi meditación; yo, por mi parte, me alegro en el Señor.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.
Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz.
Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata.
Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor Dios Todopoderoso.
¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?
y luego permaneció viuda hasta la edad de ochenta y cuatro. Nunca salía del templo, sino que día y noche adoraba a Dios con ayunos y oraciones.
Recordaréis, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamaros el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no seros una carga.
Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando.
Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.
En esto consiste el amar a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y estos no son difíciles de cumplir,