Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo.
Proverbios 27:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y llevan el daño. Biblia Nueva Traducción Viviente El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias. Biblia Católica (Latinoamericana) El hombre cuidadoso advierte el peligro y se pone a salvo; los ingenuos siguen adelante y lo pagan. La Biblia Textual 3a Edicion El prudente ve el mal y se aparta, Pero los simples siguen, y llevan el daño. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El prudente ve el peligro y se esconde, los ingenuos siguen adelante para su mal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El hombre prudente ve el mal, y se esconde, mas los simples pasan, y reciben el daño. |
Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo.
El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.
Hijo mío, sé sabio y alegra mi corazón; así podré responder a los que me desprecian.
Toma la prenda del que salga fiador por un extraño; retenla en garantía si la entrega por la mujer ajena.
Pero, al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién os dijo que podríais escapar del castigo que se acerca?
Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.
Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.
Y ahora, por esa misma palabra, el cielo y la tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.