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Proverbios 16:22 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; Mas la erudición de los necios es necedad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La discreción es fuente que da vida para quienes la poseen, pero la disciplina se desperdicia en los necios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El buen criterio es fuente de vida para el que lo posee, la estupidez de los tontos será su castigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Manantial de vida es la sensatez para el que la posee, Pero la erudición de los necios es necedad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La prudencia es fuente de vida en quien la posee; el castigo de los necios es su necedad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Manantial de vida es el entendimiento al que lo posee; mas la instrucción de los necios es necedad.

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Lòt tradiksyon



Proverbios 16:22
16 Referans Kwoze  

Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado encubre violencia.


La enseñanza de los sabios es fuente de vida, y libera de los lazos de la muerte.


El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de las redes de la muerte.


La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades.


El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad.


Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.


El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber.


Las palabras del hombre son aguas profundas, arroyo de aguas vivas, fuente de sabiduría.


La boca del necio es su perdición; sus labios son para él una trampa mortal.


Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar.


Dejadlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.


»Ciertamente os aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que os he hablado son espíritu y son vida.


―Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.