Proverbios 12:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 La congoja en el corazón del hombre lo abate; Mas la buena palabra lo alegra. Biblia Nueva Traducción Viviente La preocupación agobia a la persona; una palabra de aliento la anima. Biblia Católica (Latinoamericana) Una pena profunda debilita las energías, una buena noticia devuelve la alegría. La Biblia Textual 3a Edicion La congoja abate el corazón del hombre, Pero la buena palabra lo alegra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La tristeza deprime el corazón del hombre, una buena palabra lo alegra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra. |
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!
El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio.
El justo es guía de su prójimo, pero el camino del malvado lleva a la perdición.
Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría.
El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.
Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz todos son de fiesta.
Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna.
Una mirada radiante alegra el corazón, y las buenas noticias renuevan las fuerzas.
Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo.
Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.
En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al abatido?
Como naranjas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo.
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.
El Señor omnipotente me ha concedido tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al fatigado. Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los discípulos.
El Señor le respondió con palabras buenas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo,