Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.
Nehemías 5:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Biblia Nueva Traducción Viviente En esos días, algunos de los hombres y sus esposas elevaron una protesta contra sus hermanos judíos. Biblia Católica (Latinoamericana) La gente del pueblo y sus mujeres se quejaron de sus hermanos judíos: La Biblia Textual 3a Edicion Entonces hubo un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hubo por entonces un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos los judíos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces fue grande el clamor del pueblo y de sus esposas contra los judíos sus hermanos. |
Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.
Hicieron llegar a su presencia el clamor de los pobres y necesitados, y Dios lo escuchó.
Pero el Señor siguió diciendo: ―Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias.
La viña del Señor Todopoderoso es el pueblo de Israel; los hombres de Judá son su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.
La palabra del Señor vino a Jeremías después de que el rey Sedequías hizo un pacto con todo el pueblo de Jerusalén para dejar libres a los esclavos.
»”Así dice el Señor omnipotente: ¡Basta ya, príncipes de Israel! ¡Abandonad la violencia y la explotación! ¡Practicad el derecho y la justicia! ¡Dejad de extorsionar a mi pueblo! Lo afirma el Señor.
Otra cosa que vosotros hacéis es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloráis y os lamentáis porque él ya no presta atención a vuestras ofrendas ni las acepta de vuestras manos con agrado.
¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?
Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Vosotros sois hermanos; ¿por qué queréis haceros daño?”
Oíd cómo clama contra vosotros el salario no pagado a los obreros que trabajaron vuestros campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso.