Así que, siendo aún de noche, subí por el arroyo mientras inspeccionaba la muralla. Finalmente regresé y entré por la puerta del Valle.
Nehemías 2:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Los gobernadores no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho nada a ningún judío: ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que estaban trabajando en la obra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra. Biblia Nueva Traducción Viviente Los funcionarios de la ciudad no supieron de mi salida ni de lo que hice, porque aún no le había dicho nada a nadie sobre mis planes. Todavía no había hablado con los líderes judíos: los sacerdotes, los nobles, los funcionarios, ni con ningún otro en la administración; Biblia Católica (Latinoamericana) Los consejeros no sabían a dónde había ido ni lo que había hecho. Pues hasta entonces no había dicho nada ni a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los responsables, ni a los consejeros ni a ningún otro funcionario. La Biblia Textual 3a Edicion Pero los prefectos no sabían a dónde yo había ido ni qué había hecho, pues hasta entonces no había informado a los judíos ni a los sacerdotes, ni a los principales ni a los prefectos ni a los demás que hacían la obra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los magistrados no sabían adónde había ido yo ni qué había hecho, porque ni a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los principales, ni a los consejeros, ni al resto de los funcionarios había yo manifestado nada hasta entonces. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y no sabían los magistrados a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y magistrados, ni a los demás que hacían la obra. |
Así que, siendo aún de noche, subí por el arroyo mientras inspeccionaba la muralla. Finalmente regresé y entré por la puerta del Valle.
Por eso les dije: ―Vosotros sois testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, animaos! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros!
Y a pesar de que estos jefes de los israelitas vieron a Dios, siguieron con vida, pues Dios no alzó su mano contra ellos.
El hombre prudente no muestra lo que sabe, pero el corazón de los necios proclama su necedad.