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Nahúm 1:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El Señor es bueno, un refugio seguro cuando llegan dificultades. Él está cerca de los que confían en él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yavé es bueno; para los que en él confían, es un refugio en el día de la angustia. Conoce a los que en él confían, y los salva de las aguas embravecidas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

f YHVH es bueno, Es fortaleza en día de aflicción, y Y conoce a los que confían en Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tet. Yahveh es bueno, es ciudadela en el día de peligro. Yod. Conoce a quienes se refugian en Él cuando descarga la inundación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Bueno es Jehová, es fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él confían.

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Lòt tradiksyon



Nahúm 1:7
53 Referans Kwoze  

»¡Alabad al Señor, porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!


Por cuanto confiaban en Dios, clamaron a él en medio del combate, y Dios los ayudó a derrotar a los agarenos y a sus aliados.


En esa ocasión fueron humillados los israelitas, mientras que los de Judá salieron victoriosos porque confiaron en el Señor, Dios de sus antepasados.


¿No os dais cuenta de que Ezequías os va a hacer morir de hambre y de sed? Él os está engañando cuando os dice que el Señor vuestro Dios os librará de mis manos.


Entonces el Señor envió un ángel para que exterminara a todos los soldados y a los jefes y capitanes del campamento del rey de Asiria, y este tuvo que volver avergonzado a su país. Al entrar en el templo de su dios, sus propios hijos lo asesinaron.


Él se apoya en la fuerza humana, mientras que nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, quien nos brinda su ayuda y pelea nuestras batallas». Al oír las palabras de Ezequías, rey de Judá, el pueblo se tranquilizó.


Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: «Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre». Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo.


Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malos lleva a la perdición.


Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.


Que el Señor te responda cuando estés angustiado; que el nombre del Dios de Jacob te proteja.


Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino.


Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tienda me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.


La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia.


El Señor los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.


Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar;


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia.


Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca, mi fortaleza.


En el día de mi angustia te invoco, porque tú me respondes.


En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.


Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.


Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo.


Porque tú has sido, en su angustia, un baluarte para el desvalido, un refugio para el necesitado, un resguardo contra la tormenta, una sombra contra el calor. En cambio, el aliento de los crueles es como una tormenta contra un muro,


Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.


¿Quién de entre vosotros teme al Señor y obedece la voz de su siervo? Aunque camine en la oscuridad, y sin un rayo de luz, que confíe en el nombre del Señor y dependa de su Dios.


Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia: desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones, y dirán: «Solo mentira heredaron nuestros antepasados; heredaron lo absurdo, lo que no sirve para nada.


No seas para mí un motivo de terror; tú eres mi refugio en tiempos de calamidad.


«Así dice el Señor, el Dios de Israel: “A los deportados de Judá, que envié de este lugar al país de los babilonios, los consideraré como a estos higos buenos.


el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan: »” ‘Dad gracias al Señor Todopoderoso, porque el Señor es bueno, porque su amor es eterno’. Yo cambiaré la suerte de este país —afirma el Señor—, y volverá a ser como al principio”.


Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan.


Entonces exclamó Nabucodonosor: «¡Alabado sea el Dios de estos jóvenes, que envió a su ángel y los salvó! Ellos confiaron en él y, desafiando la orden real, optaron por la muerte antes que honrar o adorar a otro dios que no fuera el suyo.


Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios.


Rugirá el Señor desde Sión, tronará su voz desde Jerusalén, y la tierra y el cielo temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.


Dejaré un remanente en medio de ti, un pueblo pobre y humilde. En el nombre del Señor, se cobijará


Él confía en Dios; pues que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”?


Entonces les diré claramente: “Jamás os conocí. ¡Alejaos de mí, hacedores de maldad!”


»Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,


Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.


Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero, si no te mantienes en su bondad, tú también serás desgajado.


Pero, ahora que conocéis a Dios —o más bien que Dios os conoce a vosotros—, ¿cómo es que queréis regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Queréis volver a ser esclavos de ellos?


A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: «El Señor conoce a los suyos», y esta otra: «Que se aparte de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor».