En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron una de esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie!
Mateo 8:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Le tocó la mano y la fiebre se le fue; y ella se levantó y comenzó a servirle. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le tocó la mano, y la fiebre se fue. Entonces ella se levantó y le preparó una comida. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y comenzó a atenderle. La Biblia Textual 3a Edicion y tocando su mano, la fiebre la dejó; y fue levantada, y lo servía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 le tocó la mano y se le quitó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirle. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. |
En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron una de esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie!
Con ella me tocó los labios y me dijo: «Mira, esto ha tocado tus labios; tu maldad ha sido borrada, y tu pecado, perdonado».
suplicándole que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto, y quienes lo tocaban quedaban sanos.
Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron.
Cuando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de este en cama, con fiebre.
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos.
Jesús extendió la mano y tocó al hombre. ―Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra.
En esto, una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto.
Entonces les tocó los ojos y les dijo: ―Que se haga con vosotros conforme a vuestra fe.
Tan pronto como salieron de la sinagoga, Jesús fue con Jacobo y Juan a casa de Simón y Andrés.
Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: ―Sí, quiero. ¡Queda limpio!