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Mateo 7:26 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, será comparado a un varón insensato que edificó su casa sobre la arena,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y todo aquel que oye estas palabras mías pero no las pone en práctica, se parecerá al hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y todo el que oye estas mis palabras y no las hace, será comparado al hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

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Lòt tradiksyon



Mateo 7:26
9 Referans Kwoze  

Perdieron la vida antes de tiempo; un diluvio arrasó sus cimientos.


La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye.


Los sabios serán avergonzados, serán atrapados y abatidos. Si han rechazado la palabra del Señor, ¿qué sabiduría pueden tener?


»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.


Vinieron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.


Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina».


Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible».


¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?


»Por lo tanto —dice el Señor—, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.