Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema.
Mateo 6:27 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 ¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? La Biblia Textual 3a Edicion Y ¿quién de vosotros puede, aun afanándose, añadir a su estatura un solo codo?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Quién de vosotros, por mucho que se afane, puede añadir una sola hora a su existencia? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? |
Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro.
»Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o beberéis; ni por vuestro cuerpo, cómo os vestiréis. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
»¿Y por qué os preocupáis por el vestido? Observad cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan;
Así que no os preocupéis diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”
Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
―Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,
»Cuando os hagan comparecer ante las sinagogas, los gobernantes y las autoridades, no os preocupéis de cómo vais a defenderos o qué vais a decir,
Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis.
No os inquietéis por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presentad vuestras peticiones a Dios y dadle gracias.